lunes, 19 de mayo de 2014

Pasado NO Pisado: Capítulo 24

Seguimos el camino para ir a buscar a Alle, cogidos de la mano y mimandonos. Hacía mucho tiempo no estaba así con nadie… desde Peter. Y la verdad me estaba jugando entera, no me había animado a mucho más después de lo que pasó. Cuando a penas quedaba una cuadra para llegar al jardín me llegó un mensaje de mi gran amigo, o mejor dicho hermano, Agustín. Sin Agus, no habría podido sacar a mi hija adelante, sin el laburo que él me consiguió, sin las veces incontables que hizo de canguro de ella, y las innumerables cosas más que había hecho por Allegra y por mí. Nadie más que él merecía el puesto de padrino. Era un título indiscutible que lo llevaba desde antes de nacer mi hija. En ese mensaje me decía que mi reemplazante en el restaurant, Deflina, estaba enferma y no podía ir, y me pedía si podía ir yo. No podía decirle que no, después de todo lo que él había hecho por mí.

Lali: Te importa si buscás vos a Alle, Delfi está enferma y Agus me pidió que fuera Obviamente Joaquín ya sabía más o menos toda mi vida. En un verano se había convertido en una persona muy especial para mí.

Joako: No, claro que no, andá tranquila.—Me sonrío.

Lali: ¿Seguro no te molesta?

Joako: ¡Claro que no! Amo a esa enana, lo sabés. Andá tranquila, yo la cuido.

Lali: Bueno —Dije no muy convencida. Sabía que Allegra estaría encantada de que Joaquín la fuera a buscar, pero me preocupaba el tema del hijo de Peter. Sin embargo, no me quedaba otra.— Cualquier cosa me avisás. Si querés llevarla a casa ya sabés a donde guardo la llave de repuesto, o pedile al conserge.—Le sonreí.

Joako: Si, ya sé. Dale, andá.—Me dio un beso corto y comenzó a caminar en dirección al jardín.

Yo di media vuelta, tenía todavía un rato caminando. El restaurant me quedaba a unos quince minutos de la facultad, por lo tanto, unos veinte o veinticinco del jardín. Llegué veinte minutos más tarde del mensaje de Agustín. Por suerte ese era el momento en que menos frecuentaban el restaurant, solo alguna familia que quería una merienda bien elaborada o algún extranjero que era su hora de cenar realmente en su respectivo país.

Agus: ¡Lali! —Exclamó al verme. Sonreí y me acerqué hasta donde estaba— Que bien que pudieras venir.

Lali: No podía decirte que no a vos. —Le sonreí y le saludé con un beso en el cachete.

Agus: ¿En donde está mi ahijada?

Lali: Recién está por terminar el jardín. Joaquín fue por ella.

Agus: Joaquín… —murmuró— Me llegaron algunos rumores… —Lo miré extrañada— No te hagas la tonta —Rió— Te suena un concierto en el parque… Mi hermosa ahijada cantando y después él… ¿te suena?

Lali: Mm… Creo que no.

Agus: A mí no eh, dale decime que pasó.

Lali: Si ya sabés, ¿para qué preguntás?

Agus: Igual hay una parte que todavía no me cierra.

Lali: ¿Cuál?

Agus: Me dijeron que primeró canto Alle, y luego Joako, pero que después apareció otro pibe con otro nene… Esa parte no la entiendo —Dijo haciendo una mueca.

Lali: Sinceramente, yo tampoco.

Agus: ¿Quien era ese pibe?

Lali: Peter.


Alle: ¡Papá! —Gritó al ver a Joaquín esperándola afuera del jardín.
Joako: Chiquita —Sonrío— ¿Cómo te fue?

Alle: Bien. ¿Mamá vino a buscarme?

Joako: No, tuvo un imprevisto, está trabajando.

Alle: Ufa. —Dijo al tiempo que se cruzaba de brazos.

Joako: Ey, ¿qué pasó?

Alle: Mamá me dijo que si ella venía a buscarme Santi y Lucía podían venir a casa a jugar. Pero ahora… —Se le empezaba a quebrar la voz.— Seguro que lo hizo a propósito.

Joako: Pero chiquita, mamá venía conmigo, pero el tío Agus la llamó porque Delfina se enfermó y así no se quedaba el tío solo en el restaurant. —Allegra lo miró con un puchero— ¿Querés que hagamos una cosa?

Alle: ¿El qué?

Joako: ¿Querés que los invitemos a Santi y a Lucía a merendar en el restaurant del tío Agus? —A Allegra se le iluminó la carita.

Alle: ¿De verdad?

Joako: Si, de verdad.

Alle: Si, si, si. —Decía a la vez que saltaba de alegría.— Ya vengo, voy a decirles. —No había terminado la frase que ya había salido corriendo en dirección de sus amigos.


Alle: Santi, Luli, mi papá me los invitó a merendar al restaurant de mi padrino. —Les dijo muy feliz.— ¿Vienen?

Luli: ¡Bien! Puedo, ¿mamá? —Le preguntó a Morena, su mamá.
More: Allegra, cielo, ¿dónde está tu papá?

Joako: Acá —Dijo apareciendo atrás de Morena.

More: ¿No te importa, de verdad llevarlos?

Joako: No, al contrario. ¡Estoy encantado de llevarmelos! La vamos a pasar de diez.

More: Entonces, ningun problema. —Sonrió— Podés ir Lucía, pero hacele caso a…

Joako: Joaquín o Joako, como vos prefieras.

More: Hacele caso a Joaquín. ¿La pasó a buscar a lo de Lali a las siete y media?

Joako: Dale. —Sonrió.

More: Entonces yo me voy, portate bien hija. —Le dio un beso a su hija.— Gracias.—Le dijo a Joaquín y luego desapareció.

Alle: Y vos Santi, ¿Venís?

Santi: Bancá —Decía el nene canchero— que buscó a mí papá o Juli y les aviso.

Alle: ¿Juli es tu mamá?

Santi: No —Dijo con un deje de tristeza.— Julieta es mi niñera. —Buscó un poco con su mirada hastá que encontró a su papá.— ¡Papá! —Gritó para que él le escuchara y se acercará. Y así hizo.

Peter: ¿qué pasa hijo?

Santi: ¿Puedo ir a merendar al restaurant del tío de Alle?

Peter: ¿Cómo a merendar?

Joako: Hola —Saludó.— Lo que Santi quiere decir es que con Alle y Luli vamos a ir a merendar al restaurant del tio de Allegra, ¿él también puede venir?

Peter: ¿Vos querés ir?

Santi: ¡Si!

Peter: Entonces no hay drama. —Sonrió. Los nenes festejaban.— ¿Cuándo y a donde querés que lo pase a buscar? —Le preguntó a Joaquín.

Joako: Si querés lo llevo yo, no hay problema.

Peter: No, tranquilo, no me importa.

Joako: Bueno, pasame tu celu y te mando la dirección por mensaje. A Luli la pasan a buscar a las siete y media, vení por esa hora.

Peter: Dale, y gracias. Santi, portate bien. —Lo saludó y se fue.