sábado, 11 de abril de 2015

Capítulo 10

LALI

N
unca pensé que vería este día. He tenido muchos sueños del día que Noah conocería a Peter, pero nunca de esta manera. Me resigné a pensar que Noah buscaría a Peter cuando cumpliera dieciocho años. Ellos podrían pelear o desarrollar lazos o hacer lo que sea que los padres y los hijos hacen cuando se conocen el uno al otro. La única cosa que no quería era que Noah odiara a Peter por no estar alrededor. Yo podría haber intentado más para decirle, pero no lo hice. Era egoísta y quería escuchar su voz. Quería que él escuchara mi voz y regresara a casa. Estaba enojada y me llevó un largo tiempo superar ese enojo.
 
Ahora viéndolos afuera, enfrascados en una conversación, quiero envolverlos en una burbuja apretada para que nunca puedan estar lejos el uno del otro. Sé que no es justo para Peter, él tiene una vida lejos de aquí que es infinitamente diferente. Él es diferente, y aun así, es el mismo chico del que me enamoré hace todos esos años.

El chico que nunca dejé de amar.

Mirando a Noah y a Peter lado a lado, no se puede negar que son padre e hijo.

Peter mantiene contacto visual con Noah cada vez que hablan. Sé que Pablo está enojado de que Peter esté aquí y honestamente yo también, pero, ¿qué puedo hacer? Noah sabe quién es Peter por vivir en Beaumont. Él simplemente no sabe quién es y creo que quiero dejarlo de esa manera, al menos por ahora. Peter se irá pronto y todos vamos a volver a la normalidad.

—¿Qué estás pensando? —Eugenia descansa su cabeza en el hueco de mi codo. Su forma pequeña, de un metro con sesenta que no acaba de llegar a mi hombro me permite envolver mi brazo alrededor de ella, atrayéndola más cerca.

—No estoy segura —le digo—. Hay demasiadas emociones fluyendo a través de mí.

—Se parece mucho a él —dice manteniendo la voz baja y lejos de los invitados indiscretos—. ¿Qué vas a hacer?

Niego con mi cabeza, porque no lo sé. No tengo ni idea de lo que debería hacer. Mi cerebro está diciendo ignóralo y Peter se irá de nuevo, pero mi corazón me está diciendo que salga allí y le exija que sea parte de la vida de Noah. Es lo menos que puede hacer, ya que ha estado ausente durante los últimos diez años.

—Él se irá pronto. Tal vez solo lo dejaré tener la última palabra.

—No tan pronto, cariño. Él va a ver fútbol con Rufina el domingo. Muchas cosas pueden pasar en tres días. —Eugenia me besa en la mejilla y me deja para mirar por la ventana a dos de tres chicos que poseen mi corazón.

***

El viaje a casa desde la casa de Eugenia fue tranquilo. Pablo sostuvo mi mano y Noah se quedó dormido antes de que nos alejáramos de la casa. Él pasó el resto del día hablando con Peter sobre estadísticas y la posición de campo perfecta, mientras Pablo miraba desde el margen. Sé que hubo algunos comentarios sarcásticos hechos a Pablo, pero él les restó importancia.
 
—¿En qué estás pensando? —pregunta Pablo mientras se desliza en la cama. Se apoya en su codo, claramente listo para discutir todo lo que ha pasado hoy. Yo solo quiero ir a la cama.

—Sabes, Eugenia me preguntó lo mismo más temprano. Estaba más preocupada por mí cuando yo debería haber estado cuidando de ella.

—Ella sabe que la amas. —Pone su mano en mi cintura, amontonando mi pijama de seda en su puño—. Hoy fue...

—Difícil, triste, inesperado, extraño. Podría seguir y seguir, pero nada realmente resume lo que fue hoy. ¿Una puta mierda, tal vez? —Me muevo más cerca de Pablo y él trae su brazo alrededor de mí, jalándome más cerca.

Sus labios se arrastran por mi cuello hasta llegar a mis labios, besándome suavemente.

—Deberíamos hablar de Peter y Noah. Sé que no soy el padre de Noah, pero quiero serlo, ya lo sabes. Me equivoqué en la forma en que actué hoy, tan equivocado para arremeter contra ti sobre Peter y lo siento.

—Sé que lo haces. —Paso mis dedos por su pelo—. No creo que Peter querrá ser parte de la vida de Noah ahora mismo, pero tal vez más tarde. Tal vez deberíamos dejarlo en paz; él se irá pronto.

Pablo empuja mi cabello detrás de mi oreja. Ahueca mi barbilla y me jala más cerca.

—Te amo, Lali —dice antes de besarme. Sin prisas, como si se estuviera tomando su tiempo para memorizarme. Casi como si estuviera desesperado.

Lo amo, lo hago. Pero viendo a Peter con Noah no puedo evitar preguntarme sobre lo que depara el futuro y cómo Pablo y yo podemos encajar juntos.

***

—¡Oye Lali! —Eugenia y yo nos damos la vuelta para ver a Peter Lanzani caminando hacia nosotros. Eugenia es una traidora y abandona mi lado. Se está riendo mientras se aleja. Mis palmas están sudando y mis piernas de repente se sienten como gelatina.

Este año por fin me fijé en él. Creció tanto durante el verano que en realidad no le presté atención antes, cuando estábamos en la casa de Eugenia. Luego se fue a un campamento de fútbol durante un mes y volvió totalmente caliente.

He estado muriendo porque se quite la camisa solo una vez así puedo tener una visual clara de sus abdominales porque mi imaginación simplemente no está dejándolo.

—Hola —dice. Está sosteniendo su casco de fútbol en una mano. La otra está tirando del cuello de su jersey, uno que quiero arrancar.

—Hola —digo estúpidamente.

—¿Cómo estuvo el resto de tu verano?

—Fue bueno. Leí mucho. —¿Leí mucho? Oh mi Dios, él va a pensar que soy una nerd. ¿Qué diablos me pasa? El suelo de repente se ha vuelto muy interesante mientras miro fijamente mi zapato mientras empuja una roca alrededor.

Mi piel hormiguea cuando él levanta mi barbilla, sus ojos verde mar clavados en los míos y en todo lo que puedo pensar es saltar a sus brazos y meter mi lengua en su boca. Solo tengo quince años, pero he visto películas. Estoy segura de que puedo averiguarlo.

—¿Quieres ir al baile de bienvenida conmigo?

—¿El baile de bienvenida? —Mi mente apenas puede comprender lo que está preguntando. Pero juro por Dios que dijo bienvenida. Como en ponerse toda vestida y bailar. Eso significa que él quiere bailar conmigo, sostenerme contra su cuerpo y balancearnos con canciones de amor cursis. Las mismas canciones de amor que reproduzco por la noche cuando estoy escribiendo Mariana Lanzani en mi cuaderno.

»Sí. Tengo mi licencia de conducir ahora así que puedo conducir y pensé...

—¡Sí! —Él salta y empieza a reír—. Lo siento —digo cubriendo mi rostro con mis manos.

Él aleja mis manos, pero no las suelta. Cuando se inclina hacia delante me siento como que me voy a desmayar. Huele a Old Spice, mi nuevo olor favorito.

—Por favor, no cubras tu rostro. Eres demasiado hermosa para esconderte.

Me besa en la mejilla antes de caminar hacia el campo.

—Te llamaré esta noche. —Se da la vuelta y grita antes de salir corriendo.

***

Me despierto con un sudor frío, con lágrimas corriendo por mis mejillas. Pablo está roncando suavemente a mi lado, su brazo clavándome a la cama. Maniobro para salir de debajo de él y me dirijo al baño.

Con la luz apagada, me siento en el borde de la bañera y lloro en una toalla, ahogando mis sollozos. Nunca pensé que vería el chico que robó mi corazón y falló en devolverlo.


No estoy segura de que lo quiera de vuelta.

CONTINUARÁ...

4 comentarios: