LALI
N
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unca pensé que vería este día. He tenido muchos
sueños del día que Noah conocería a Peter, pero nunca de esta manera. Me resigné
a pensar que Noah buscaría a Peter cuando cumpliera dieciocho años. Ellos
podrían pelear o desarrollar lazos o hacer lo que sea que los padres y los
hijos hacen cuando se conocen el uno al otro. La única cosa que no quería era
que Noah odiara a Peter por no estar alrededor. Yo podría haber intentado más
para decirle, pero no lo hice. Era egoísta y quería escuchar su voz. Quería que
él escuchara mi voz y regresara a casa. Estaba enojada y me llevó un largo
tiempo superar ese enojo.
Ahora viéndolos afuera, enfrascados en una
conversación, quiero envolverlos en una burbuja apretada para que nunca puedan
estar lejos el uno del otro. Sé que no es justo para Peter, él tiene una vida
lejos de aquí que es infinitamente diferente. Él es diferente, y aun así, es el
mismo chico del que me enamoré hace todos esos años.
El chico que nunca dejé de amar.
Mirando a Noah y a Peter lado a lado, no se
puede negar que son padre e hijo.
Peter mantiene contacto visual con Noah cada vez
que hablan. Sé que Pablo está enojado de que Peter esté aquí y honestamente yo
también, pero, ¿qué puedo hacer? Noah sabe quién es Peter por vivir en Beaumont.
Él simplemente no sabe quién es y creo que quiero dejarlo de esa manera, al menos
por ahora. Peter se irá pronto y todos vamos a volver a la normalidad.
—¿Qué estás pensando? —Eugenia descansa su
cabeza en el hueco de mi codo. Su forma pequeña, de un metro con sesenta que no
acaba de llegar a mi hombro me permite envolver mi brazo alrededor de ella, atrayéndola
más cerca.
—No estoy segura —le digo—. Hay demasiadas
emociones fluyendo a través de mí.
—Se parece mucho a él —dice manteniendo la voz baja
y lejos de los invitados indiscretos—. ¿Qué vas a hacer?
Niego con mi cabeza, porque no lo sé. No tengo
ni idea de lo que debería hacer. Mi cerebro está diciendo ignóralo y Peter se
irá de nuevo, pero mi corazón me está diciendo que salga allí y le exija que
sea parte de la vida de Noah. Es lo menos que puede hacer, ya que ha estado
ausente durante los últimos diez años.
—Él se irá pronto. Tal vez solo lo dejaré tener
la última palabra.
—No tan pronto, cariño. Él va a ver fútbol con Rufina
el domingo. Muchas cosas pueden pasar en tres días. —Eugenia me besa en la mejilla
y me deja para mirar por la ventana a dos de tres chicos que poseen mi corazón.
***
El viaje a casa desde la casa de Eugenia fue
tranquilo. Pablo sostuvo mi mano y Noah se quedó dormido antes de que nos
alejáramos de la casa. Él pasó el resto del día hablando con Peter sobre
estadísticas y la posición de campo perfecta, mientras Pablo miraba desde el
margen. Sé que hubo algunos comentarios sarcásticos hechos a Pablo, pero él les
restó importancia.
—¿En qué estás pensando? —pregunta Pablo
mientras se desliza en la cama. Se apoya en su codo, claramente listo para
discutir todo lo que ha pasado hoy. Yo solo quiero ir a la cama.
—Sabes, Eugenia me preguntó lo mismo más
temprano. Estaba más preocupada por mí cuando yo debería haber estado cuidando
de ella.
—Ella sabe que la amas. —Pone su mano en mi
cintura, amontonando mi pijama de seda en su puño—. Hoy fue...
—Difícil, triste, inesperado, extraño. Podría
seguir y seguir, pero nada realmente resume lo que fue hoy. ¿Una puta mierda,
tal vez? —Me muevo más cerca de Pablo y él trae su brazo alrededor de mí,
jalándome más cerca.
Sus labios se arrastran por mi cuello hasta
llegar a mis labios, besándome suavemente.
—Deberíamos hablar de Peter y Noah. Sé que no
soy el padre de Noah, pero quiero serlo, ya lo sabes. Me equivoqué en la forma
en que actué hoy, tan equivocado para arremeter contra ti sobre Peter y lo
siento.
—Sé que lo haces. —Paso mis dedos por su pelo—.
No creo que Peter querrá ser parte de la vida de Noah ahora mismo, pero tal vez
más tarde. Tal vez deberíamos dejarlo en paz; él se irá pronto.
Pablo empuja mi cabello detrás de mi oreja.
Ahueca mi barbilla y me jala más cerca.
—Te amo, Lali —dice antes de besarme. Sin
prisas, como si se estuviera tomando su tiempo para memorizarme. Casi como si
estuviera desesperado.
Lo amo, lo hago. Pero viendo a Peter con Noah no
puedo evitar preguntarme sobre lo que depara el futuro y cómo Pablo y yo
podemos encajar juntos.
***
—¡Oye Lali! —Eugenia y yo nos damos la
vuelta para ver a Peter Lanzani caminando hacia nosotros. Eugenia es una
traidora y abandona mi lado. Se está riendo mientras se aleja. Mis palmas están
sudando y mis piernas de repente se sienten como gelatina.
Este año por fin me fijé en él. Creció
tanto durante el verano que en realidad no le presté atención antes, cuando
estábamos en la casa de Eugenia. Luego se fue a un campamento de fútbol durante
un mes y volvió totalmente caliente.
He estado muriendo porque se quite la
camisa solo una vez así puedo tener una visual clara de sus abdominales porque
mi imaginación simplemente no está dejándolo.
—Hola —dice. Está sosteniendo su casco
de fútbol en una mano. La otra está tirando del cuello de su jersey, uno que
quiero arrancar.
—Hola —digo estúpidamente.
—¿Cómo estuvo el resto de tu verano?
—Fue bueno. Leí mucho. —¿Leí mucho? Oh
mi Dios, él va a pensar que soy una nerd. ¿Qué diablos me pasa? El suelo de
repente se ha vuelto muy interesante mientras miro fijamente mi zapato mientras
empuja una roca alrededor.
Mi piel hormiguea cuando él levanta mi
barbilla, sus ojos verde mar clavados en los míos y en todo lo que puedo pensar
es saltar a sus brazos y meter mi lengua en su boca. Solo tengo quince años,
pero he visto películas. Estoy segura de que puedo averiguarlo.
—¿Quieres ir al baile de bienvenida
conmigo?
—¿El baile de bienvenida? —Mi mente
apenas puede comprender lo que está preguntando. Pero juro por Dios que dijo
bienvenida. Como en ponerse toda vestida y bailar. Eso significa que él quiere
bailar conmigo, sostenerme contra su cuerpo y balancearnos con canciones de
amor cursis. Las mismas canciones de amor que reproduzco por la noche cuando
estoy escribiendo Mariana Lanzani en mi cuaderno.
»Sí. Tengo mi licencia de conducir
ahora así que puedo conducir y pensé...
—¡Sí! —Él salta y empieza a reír—. Lo
siento —digo cubriendo mi rostro con mis manos.
Él aleja mis manos, pero no las
suelta. Cuando se inclina hacia delante me siento como que me voy a desmayar.
Huele a Old Spice, mi nuevo olor favorito.
—Por favor, no cubras tu rostro. Eres
demasiado hermosa para esconderte.
Me besa en la mejilla antes de caminar
hacia el campo.
—Te llamaré esta noche. —Se da la
vuelta y grita antes de salir corriendo.
***
Me despierto con un sudor frío, con lágrimas
corriendo por mis mejillas. Pablo está roncando suavemente a mi lado, su brazo
clavándome a la cama. Maniobro para salir de debajo de él y me dirijo al baño.
Con la luz apagada, me siento en el borde de la
bañera y lloro en una toalla, ahogando mis sollozos. Nunca pensé que vería el
chico que robó mi corazón y falló en devolverlo.
No estoy segura de que lo quiera de vuelta.
CONTINUARÁ...
En el fondo sabe k lo quiere d vuelta!!!
ResponderEliminar+++++++++++
ResponderEliminarOdio a pablooo
ResponderEliminarMaass
Maaaaaaaaassssss
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