jueves, 24 de septiembre de 2015

Capítulo 8

Dos días pasaron antes de que me sintiera mejor y otros dos antes de que pudiera moverme normal otra vez. Cuando finalmente dejé la cama, estaba lloviendo y estaba desesperada por salir. Me levanté temprano por la mañana y la casa estaba en silencio. Me puse una chaqueta y unos jeans y salí de la habitación. Peter debía estar durmiendo, porque ninguna luz estaba encendida. La lluvia estaba cayendo dura y pesada en el techo y pude olerla en el aire.

Caminando abajo y yendo al frente, respiré el aroma fresco. Me pareció que había un viejo asiento en el patio y me acurruqué en él, sólo contemplando la lluvia. Era pesada y no podía ver ninguno de los árboles a través de la niebla. Era perfecto. Una hora más tarde, Peter corrió por la puerta principal, a medio vestir y agarrando las llaves. Patinó cuando me vio acurrucada en el asiento y sus hombros se hundieron.

―¿Pensaste que me había escapado? ―murmuré.

Él se acerca y se deja caer a mi lado.

―Sí.

―Bueno, no lo hice. Te hice una promesa, y tú me hiciste una a mí. No romperé la mía.

―Y yo no romperé la mía.

―Entonces sabes que me quedaré aquí hasta que resuelvas esto.

―Claro, sí, lo sé.

Miramos hacia fuera a la lluvia, y decido hacer la pregunta que me había estado molestando por tanto tiempo.

―¿Cómo es que terminó en este lío?

Peter se gira para mirarme, y su cara se suaviza un poco.

―¿Tú papá?

―Sí.

Se recuesta en la silla y comienza a hablar.

―Él nos jodió. Entró encubierto para reventar un enorme círculo de drogas. Se convirtió en parte de la hermandad, formó parte de la hermandad y confiamos en él. Estuvimos a punto de perder la vida y él terminó con una valiosa información. Nos enganchó, y se puso en protección. Los policías no tenían suficiente para reventarnos, porque tu padre mantuvo la información. No sé lo que planea hacer con ella, pero es esencial.

―Era su trabajo ―susurré―. Sin duda, no puedes odiarlo por hacer su trabajo.

―No fue sólo por el trabajo, él era mi amigo. Él y yo nos volvimos cercanos y confiaba en él. Confiaba en que era parte de esto, pensaba en él como mi hermano. Mira, me mantengo alejado de los policías, ellos hacen lo que tienen que hacer, y respeto eso, pero él tomó el riesgo de ir encubierto y de formar enlaces con los hombres y tomó un riesgo aún mayor teniendo esa información. La policía ni siquiera sabe que la tiene, por lo que está tramando algo.

―Ustedes violan la ley todo el tiempo; tendrá que alcanzarte algún día. No sé acerca de mi padre, pero tienes que tomar tu propia parte en esto.

―Tienes razón, la mayoría de las bandas rompen la ley, pero no somos lo que me gustaría considerar una banda, sino más como una hermandad oscura. ―Sonríe y yo pongo los ojos en blanco―. Honestamente, hay más asesinatos en la vida cotidiana que en las pandillas. Es un mundo donde los policías no deberían tratar de involucrarse a sí mismos, porque nunca lo entenderán. No les hacemos daño a las personas que son inocentes, no salimos a las calles ni la tomamos contra cualquiera. Todos los que nos hieren o tratan de elegir ser parte de eso. No solo eligen unirse a la hermandad, sino que optan por arriesgar sus vidas. No se los pedimos y no les tocaría si no ahondaran en lugares equivocados. Todas las personas a las que lastimamos o matamos son malas personas, Lali.

―¿Qué pasa con mi papá, él no es una mala persona?

―Tu padre tiene información; no planeo matarlo…

―Pero…

―Mira, él estaba haciendo su trabajo, y respeto eso, pero optó por ahondar en las cosas que hizo, no tenía por qué hacerlo. Tu padre tomó su propia elección Lali, y tiene que pagar por ella.

―Sabes que nunca me prestó mucha atención, siempre estaba fuera en su mundo y ocupado en el trabajo. Cuando murió, estuve triste pero también me sentí aliviada. Estaba harta de no ser nada para él. Estaba harta de todo. No debería de haber sido un alivio cuando mi padre murió.

―Tu padre era un hombre dañado. Estaba mayormente deprimido y quería formar parte de la pandilla, una parte de él realmente quería que fuera real y claramente todavía lo desea, porque sigue jugando en el lado equivocado de la ley.

Asiento, mordiéndome los labios, con lágrimas en mis ojos. Sé por qué mi padre está dañado, y todavía me culpaba por ello.

―Está jodido por mi culpa, ¿sabes?

Peter me mira, y estrecha sus ojos.

―¿Cómo?

―Mi madre tuvo depresión cuando me tuvo; una depresión grave. Antes de eso, decían que era una hermosa y radiante persona. Realmente le hizo cosas a su cabeza, y trató de… no importa. Ella fue admitida. Tuvo a mi hermana en la sala mental, fue cuando entonces mi padre se enteró de que mi hermana no era suya y mi madre había estado buscando consuelo en otro hombre. Él me culpó en cierto sentido, porque si mi madre nunca me hubiera… tenido no se habría deprimido y no hubiera buscado en otro lugar…

Peter me sorprende cuando toma mi mano.

―Eso no es cierto, no se puede predecir cómo será la vida, Lali. Tu padre debe tener su propia culpa y hacerle frente, si hubiera estado cerca más a menudo, tu mamá no hubiera tenido que encontrar consuelo con otro hombre. Echarte la culpa es sólo una salida débil.

Asiento, tragando.

―Sólo quiero ir a casa Peter…

―Esto acabará pronto, encontramos su ubicación y conseguiremos la información que necesitamos. Entonces te podrás ir y no tendrás que preocuparte por todo esto otra vez.

―Ojalá fuera así de simple.

―Puede serlo.

―No Peter, no podrá ser.

Nos sentamos mirando durante un largo rato, y luego, un auto se detiene en el camino de entrada. Todos los hombres salen y caminan por las escaleras. Snake me da una mirada realmente asquerosa, pero le doy una igual.

―Te ves mejor ―dice Angel, sentándose al lado de Peter.

―Gracias, lo estoy.

―Tenemos problemas que discutir jefe ―dice Ace, asintiendo hacia Peter.

―Correcto. ―Peter se puso de pie y mira hacia mí―. ¿Vendrás dentro?

―No, me quedo aquí.

―Sin problemas.

Peter se vuelve y Snake lo agarra del brazo.

―No la puedes dejar aquí, podría huir.

―No huirá Snake, ya te lo dije. Entra antes de que acabes con mi paciencia.

Todos caminaron al interior, y él me da un breve asentimiento. Me doy vuelta y miro la lluvia una hora más o menos, en un punto incluso a la deriva. Me despierto cuando los sonidos de los truenos suenan alto en el cielo. Me levanto y me tambaleo al interior, y mi estómago se queja desesperado por comida. Entro en el sótano para preguntar si Peter quiere algo, sólo para descubrir que rodean a un hombre.

Es un hombre chino, y está sangrando por todas partes. ¿Cuánto tiempo ha estado en ese sótano mientras yo estuve aquí? Siento la bilis subir en mi garganta. Él está amordazado y atado, y Peter está sosteniendo un cuchillo ensangrentado en su garganta. Veo con horror que Peter hace una pregunta, y el hombre no responde.

Peter desliza el cuchillo en su garganta y la sangre comienza a fluir hacia afuera. No es suficiente como para matar al hombre, pero es suficiente para mí. Grito. Peter se da la vuelta y sus ojos se abren. Angel se lanza hacia delante y me agarra, sacándome de la habitación.

―¡Déjame ir! ―grito.

―¡Fuera de aquí, no deberías estar aquí!

―Voy a vomitar ―grito, corriendo hacia el cuarto de baño. Caigo de rodillas y vómito, a pesar de que mi estómago está vacío.

―¿Qué demonios? ―oigo gritar Peter.

―¡Te dije que ella debía ser jodidamente encerrada! ―gruñe Snake.

―¡Ella nunca viene por aquí!

―Maldita sea, vio algo que no debería haber visto, maldita sea enciérrala Peter o lo haré yo.

Oigo un fuerte crujido y Snake gime de dolor.

―Si me das una maldita orden una vez más Snake, te mataré ―ruge Peter.

―Estás cometiendo un maldito error Peter, dejando a esta chica entrar en tu corazón. ― Snake se lanza de nuevo.

―Bájale Snake, ella no está causando ningún daño ―grita Ace.

―Ya estás todo jodido de la cabeza, yo mismo la terminaré. Ella es nada más que un desperdicio de espacio. La destriparé con mis malditos manos desnudas y la sacaré para que podamos seguir adelante con eso.

Un arma se dispara, yo grito y tiemblo. De repente hay silencio en la sala y tiemblo tanto que mis dientes suenan. Después de un momento, oigo voces de nuevo.

―Tuvimos que hacerlo ―dice Angel simplemente.

―¡Saca eso de aquí, y limpia! ―ordena Peter.

―Ace, Rusty, Bull… saquen su cuerpo de aquí y lidien con él ―ordena Angel.

Siento que mis ojos se abren, ¿Peter lo mató? Oh Dios, oh por favor… un momento después Peter toca la puerta del baño.

―Abre Lali.

―Vete.

―¡Abre, ahora!

―Por favor, Peter, vete…

Él patea la puerta y se abre de golpe.

Bien, así que la sucia puerta no es tan buena como la de arriba. Él está cubierto de sangre y me estremezco cuando llega a mí.

―No me toques.

Él gruñe.

―No deberías haber estado abajo.

―¿Para no poder verte torturando a ese pobre hombre?

―Ese maldito pobre hombre es un maldito enfermo violador y parte de la pandilla de Manchez. ¡Ese maldito pobre hombre no tendría miedo de violarte o de matarte!

―Tengo que irme, por favor, deja que me vaya.

Me levanto y trato de empujarme más allá de él, pero me agarra y me sostiene apretado. Las manchas de sangre llegan a mis brazos y me pierdo. Le doy un puñetazo en la mandíbula y él se tropieza hacia atrás. Me doy la vuelta y salgo corriendo del sótano y más allá de los hombres recogiendo un muerto, y sangrante Snake. Llego a mi habitación y tiro de mi ropa, necesitando desesperadamente estar limpia. Me meto en la ducha y comienzo a destruir todo a la vista.

Peter está detrás de mí en cuestión de segundos, se mueve a la puerta de la ducha, sin molestarse con la privacidad. Agarra mis brazos y trata de sacarme. Yo grito y pataleo, maldiciendo y jurando. Le pego, lo jalo, lo golpeo, lo pateo y cualquier otra cosa que puedo manejar. Él está empapado ahora, y sus pantalones cuelgan sin fuerza en su gran cuerpo. Toda la sangre se limpia de su piel y se desliza por el desagüe. Oh, Dios. Él me agarra y me jala cerca.

―Basta.

―¡Déjame ir! ―grito.

―Cálmate, cálmate. Lamento que tuvieras que ver eso.

―¡Por favor!

Le pego otra vez y él toma mi puño, aplastándolo contra su pecho. Toma mi cara entre sus manos y lucho por salir de su agarre. Luego su boca está en la mía. Oh, Dios, oh demonios. Sus labios están calientes por el agua, y oh, Dios, todo mi interior está gritando por más. No puedo luchar contra esto, la desesperación se apodera y mi cuerpo titubea. Él pasa un gran brazo alrededor de mi cintura y me aplasta más cerca de su pecho.

Él abre mis labios con su lengua, y gimo cuando entra en contacto con la mía. Peter es un hombre que puede besar, oh, demonios, puede besar. Me empuja contra la pared de azulejos y lloriqueo cuando siento su palpitante longitud presionarse en mi estómago. Lo deseo, es tan equivocado, tan inquietante, pero Dios, lo deseo. Paso mis manos sobre su pecho desnudo, está duro y firme debajo de mis palmas. Cuando deslizo mis manos por su estómago y agarro sus jeans, él deja salir un gemido entrecortado.

Se los desabrocho, sin mover los labios de los suyos. Él enreda una mano en mi cabello, y luego se inclina lentamente hacia abajo para deslizar sus labios por mi cuello. Él se arrastra hacia abajo, hasta que llega a mi pezón. Lo jala a su boca y gime cuando brota y palpita. Yo me quejo y dejo que mi cabeza caiga a medida que él trabaja sobre mis pezones hasta que jadeo y ruego. Cuando él se levanta de nuevo, agarro sus pantalones y los tiro hacia abajo. Cuando lo libero, me quedo sin aliento. Su pene es enorme, pero eso no es lo que me hace jadear. Son las cuatro perforaciones alrededor de la base de su gran cabeza.

Siento que mis ojos se abren, mientras miro las barras con extremos redondeados. Eso tuvo que doler. Mucho. Miro hacia atrás para encontrarme con su mirada y él está mirando hacia abajo con divertida expresión. Tentativamente, me acerco y tomo su longitud en mi mano. Él gruñe mientras deslizo mi mano sobre su dura longitud gruesa. Se inclina y me levanta para que mis piernas se envuelvan alrededor de su cintura. Sus dedos se deslizan hacia abajo y encuentran mi clítoris y gimo.

Ninguno de los dos se atreve a hablar. Sé que si hablo esto se volverá real, y esto siendo real es una cosa peligrosa. Peter es peligroso para mí, y esta situación es fea. Me volví loca, y no necesito que se me recuerde eso en estos momentos. Cuando me siento caliente de adentro hacia afuera, mientras el orgasmo se acerca, agarro a Peter y grito. Él me acaricia hasta que escurre hasta el último estremecimiento de mi cuerpo.

Entonces su pene está investigando mi entrada y sus labios están sobre los míos de nuevo. Cuando me baja por encima de su longitud, se permite un gemido gutural. Grito mientras lo siento deslizarse dentro de mí, extenderme y llenarme hasta que sus bolas están profundas y él está gruñendo. Cuándo se desliza hacia atrás, me doy cuenta de para qué son los piercings. Llegan a ese lugar y oh, Dios, se siente increíble.

―Peter ―gimo.

―Tan malditamente apretada, tan jodidamente mojada. Te deseo Lali, te deseo tan jodidamente que duele.

Es sólo entonces cuando me doy cuenta de que no tiene condón. Me congelo y tiro hacia atrás.

―Protección...

―Estoy limpio.

―Pero...

―Me hice chequeos el mes pasado, te mostraré el informe. Estoy limpio, no he hecho esto… nunca.

―¿Por qué ahora? ―Gimo mientras empuja sus caderas.

―Porque me vuelves malditamente loco como nadie nunca lo ha hecho.

Se empuja de nuevo y me olvido de la protección. Llevo control de natalidad, Gracias a Dios que me puse mi inyección justo antes de ser capturada.

― Peter, oh, Dios.

―Estás tan malditamente apretada. Harás que me corra con tanta fuerza.

¿Por qué esas sucias palabras me hacen sentir tan excitada?

Él empuja sus caderas lentamente, arrastrando su pene dentro y fuera, con experta precisión, encontrando ese punto cada vez. Mi liberación crece y, Jesús, se siente tan bien. Agarro sus hombros y deslizo las uñas por su piel. Él empuja más duro ahora, y puedo escuchar golpearse nuestra piel junta. Él está gimiendo y se ve tan erótico con la cabeza hacia atrás y su mandíbula dura y aflojándose con cada golpe.

―¡Peter! ―grito mientras finalmente caigo sobre el borde.

Arqueo la espalda y él se agacha, tomando mis caderas en sus manos y empujándose contra mí con tanta fuerza que grito y me retuerzo. Él se inclina y muerde uno de mis pezones, haciendo que me estremezca y dé espasmos alrededor de él una vez más. Sus dedos me muerden la piel mientras se empuja con desesperación, en busca de su propia liberación. Cuando la encuentra, ruge y puedo sentir su pulso caliente y muy dentro de mí. Su pecho se esfuerza, sus bíceps están abultados. Todo lo que puedo pensar es en lo absolutamente hermoso que se ve ahora.

Cuando bajamos de nuestra cima, él deja que me deslice fuera de sus caderas. Me tambaleo un poco, y él llega para sostenerme. Cuando me atrevo a mirarlo, capto una mirada llena de puro macho primitivo. Él está jadeando, y su hermoso pecho sube y baja con cada respiración. Sus mejillas muy enrojecidas, y su cabello negro está pegados a su frente. La emoción pasa entre nosotros, mucha, y me pregunto en qué estará pensando en este momento. ¿Estará tan asustado como yo?

―¡PETER!

Oímos el estruendo en la puerta y me congelo.

―Mierda ―gruñe, saliendo de la ducha y secándose el cabello. Presiona una toalla blanca contra sus vaqueros para tratar de secarlos. Veo una mancha de color rosado tenue en la toalla y me doy cuenta de que es sangre. Oh Dios, me siento mal de nuevo.

Trago, tratando desesperadamente de sacar la imagen del hombre golpeado y ensangrentado fuera de mi cabeza. Sé de quién es la sangre de los pantalones vaqueros de Peter. Los saca, y se lleva la toalla con él. Me arroja una toalla y me ladra para que me vaya detrás de la puerta. La abre y lo oigo murmurarle a Angel en la puerta.

―Ella estaba tratando de suicidarse, chica loca ―le dice Peter a Angel―. ¿Qué pasa? ¿Te encargaste del cuerpo? ¿Matarme a mí misma? ¿Cómo se atrevía a hablar sobre mí de esa manera después de lo que acabábamos de hacer? No sabe lo difícil que es para mí, escuchar a alguien llamarme loca. Cuando entra de nuevo en la habitación, me acerco y lo abofeteo. Él da dos pasos atrás, agarrándose la mejilla.

―¿Qué demonios?

―¡Cómo te atreves a llamarme loca! ¡Cómo te atreves!

Él suspira y cierra la puerta, presionándome hacia la pared con las manos en mis hombros.

―Mira, a Angel no le importamos que… hicimos lo que hicimos pero a él le importará si se pone en modo de ordenar las cosas, por lo que es mejor si no lo sabe.

―Me llamaste loca ―susurro, sintiendo escapárseme una lágrima―. No sabes lo que eso me hace.

Él se ve realmente herido por sus palabras, y se apoya para deslizar el dedo por mi húmeda mejilla.

―Lo siento.

―No estoy loca…

Él suspira y toma mi cara en sus manos.

―Lo sé, créeme, lo sé.

―¿Qué pasó aquí, Peter?

Él cierra los ojos un momento.

―Algo que no puede volver a suceder.

―¿No significó nada para ti? ―susurro y mi labio tiembla.

―Ahora no vayas llorar y a hacerme sentir mal, Lali.

―Oh Dios, soy una idiota.

―Mira, la tensión sexual ha estada alrededor por un tiempo… eso es todo lo que fue.

Me quedo boquiabierta hacia él.

―¿En serio?

Él se pasa las manos sin poder hacer nada por su cabello.

―Basta, hablaremos de esto más tarde. Tengo que salir por la noche, ¿puedo confiar en que no huirás o necesito encerrarte aquí?
―Si quisiera huir ―digo, dándole con una mirada horrible―, lo hubiera hecho esta mañana. Mantengo mi palabra Peter, que es más de lo que se puede decir de ti mismo.

―Lali…

―¿Nada Peter? Recuérdalo.

Él da un paso atrás y me da una dura mirada, antes de girar y golpear la puerta con tanta fuerza que la ventana tiemble.


CONTINUARÁ...


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