Dos días pasaron antes de que me sintiera
mejor y otros dos antes de que pudiera moverme normal otra vez. Cuando
finalmente dejé la cama, estaba lloviendo y estaba desesperada por salir. Me
levanté temprano por la mañana y la casa estaba en silencio. Me puse una
chaqueta y unos jeans y salí de la habitación. Peter debía estar durmiendo,
porque ninguna luz estaba encendida. La lluvia estaba cayendo dura y pesada en
el techo y pude olerla en el aire.
Caminando abajo y yendo al frente, respiré el
aroma fresco. Me pareció que había un viejo asiento en el patio y me acurruqué
en él, sólo contemplando la lluvia. Era pesada y no podía ver ninguno de los
árboles a través de la niebla. Era perfecto. Una hora más tarde, Peter corrió
por la puerta principal, a medio vestir y agarrando las llaves. Patinó cuando
me vio acurrucada en el asiento y sus hombros se hundieron.
―¿Pensaste que me había escapado? ―murmuré.
Él se acerca y se deja caer a mi lado.
―Sí.
―Bueno, no lo hice. Te hice una promesa, y tú
me hiciste una a mí. No romperé la mía.
―Y yo no romperé la mía.
―Entonces sabes que me quedaré aquí hasta que
resuelvas esto.
―Claro, sí, lo sé.
Miramos hacia fuera a la lluvia, y decido
hacer la pregunta que me había estado molestando por tanto tiempo.
―¿Cómo es que terminó en este lío?
Peter se gira para mirarme, y su cara se
suaviza un poco.
―¿Tú papá?
―Sí.
Se recuesta en la silla y comienza a hablar.
―Él nos jodió. Entró encubierto para reventar
un enorme círculo de drogas. Se convirtió en parte de la hermandad, formó parte
de la hermandad y confiamos en él. Estuvimos a punto de perder la vida y él
terminó con una valiosa información. Nos enganchó, y se puso en protección. Los
policías no tenían suficiente para reventarnos, porque tu padre mantuvo la
información. No sé lo que planea hacer con ella, pero es esencial.
―Era su trabajo ―susurré―. Sin duda, no puedes
odiarlo por hacer su trabajo.
―No fue sólo por el trabajo, él era mi amigo.
Él y yo nos volvimos cercanos y confiaba en él. Confiaba en que era parte de
esto, pensaba en él como mi hermano. Mira, me mantengo alejado de los policías,
ellos hacen lo que tienen que hacer, y respeto eso, pero él tomó el riesgo de
ir encubierto y de formar enlaces con los hombres y tomó un riesgo aún mayor
teniendo esa información. La policía ni siquiera sabe que la tiene, por lo que
está tramando algo.
―Ustedes violan la ley todo el tiempo; tendrá
que alcanzarte algún día. No sé acerca de mi padre, pero tienes que tomar tu
propia parte en esto.
―Tienes razón, la mayoría de las bandas rompen
la ley, pero no somos lo que me gustaría considerar una banda, sino más como
una hermandad oscura. ―Sonríe y yo pongo los ojos en blanco―. Honestamente, hay
más asesinatos en la vida cotidiana que en las pandillas. Es un mundo donde los
policías no deberían tratar de involucrarse a sí mismos, porque nunca lo
entenderán. No les hacemos daño a las personas que son inocentes, no salimos a
las calles ni la tomamos contra cualquiera. Todos los que nos hieren o tratan
de elegir ser parte de eso. No solo eligen unirse a la hermandad, sino que
optan por arriesgar sus vidas. No se los pedimos y no les tocaría si no
ahondaran en lugares equivocados. Todas las personas a las que lastimamos o
matamos son malas personas, Lali.
―¿Qué pasa con mi papá, él no es una mala
persona?
―Tu padre tiene información; no planeo
matarlo…
―Pero…
―Mira, él estaba haciendo su trabajo, y
respeto eso, pero optó por ahondar en las cosas que hizo, no tenía por qué
hacerlo. Tu padre tomó su propia elección Lali, y tiene que pagar por ella.
―Sabes que nunca me prestó mucha atención,
siempre estaba fuera en su mundo y ocupado en el trabajo. Cuando murió, estuve
triste pero también me sentí aliviada. Estaba harta de no ser nada para él.
Estaba harta de todo. No debería de haber sido un alivio cuando mi padre murió.
―Tu padre era un hombre dañado. Estaba mayormente
deprimido y quería formar parte de la pandilla, una parte de él realmente
quería que fuera real y claramente todavía lo desea, porque sigue jugando en el
lado equivocado de la ley.
Asiento, mordiéndome los labios, con lágrimas
en mis ojos. Sé por qué mi padre está dañado, y todavía me culpaba por ello.
―Está jodido por mi culpa, ¿sabes?
Peter me mira, y estrecha sus ojos.
―¿Cómo?
―Mi madre tuvo depresión cuando me tuvo; una
depresión grave. Antes de eso, decían que era una hermosa y radiante persona.
Realmente le hizo cosas a su cabeza, y trató de… no importa. Ella fue admitida.
Tuvo a mi hermana en la sala mental, fue cuando entonces mi padre se enteró de
que mi hermana no era suya y mi madre había estado buscando consuelo en otro hombre.
Él me culpó en cierto sentido, porque si mi madre nunca me hubiera… tenido no
se habría deprimido y no hubiera buscado en otro lugar…
Peter me sorprende cuando toma mi mano.
―Eso no es cierto, no se puede predecir cómo
será la vida, Lali. Tu padre debe tener su propia culpa y hacerle frente, si
hubiera estado cerca más a menudo, tu mamá no hubiera tenido que encontrar
consuelo con otro hombre. Echarte la culpa es sólo una salida débil.
Asiento, tragando.
―Sólo quiero ir a casa Peter…
―Esto acabará pronto, encontramos su ubicación
y conseguiremos la información que necesitamos. Entonces te podrás ir y no
tendrás que preocuparte por todo esto otra vez.
―Ojalá fuera así de simple.
―Puede serlo.
―No Peter, no podrá ser.
Nos sentamos mirando durante un largo rato, y
luego, un auto se detiene en el camino de entrada. Todos los hombres salen y
caminan por las escaleras. Snake me da una mirada realmente asquerosa, pero le
doy una igual.
―Te ves mejor ―dice Angel, sentándose al lado
de Peter.
―Gracias, lo estoy.
―Tenemos problemas que discutir jefe ―dice
Ace, asintiendo hacia Peter.
―Correcto. ―Peter se puso de pie y mira hacia
mí―. ¿Vendrás dentro?
―No, me quedo aquí.
―Sin problemas.
Peter se vuelve y Snake lo agarra del brazo.
―No la puedes dejar aquí, podría huir.
―No huirá Snake, ya te lo dije. Entra antes de
que acabes con mi paciencia.
Todos caminaron al interior, y él me da un
breve asentimiento. Me doy vuelta y miro la lluvia una hora más o menos, en un
punto incluso a la deriva. Me despierto cuando los sonidos de los truenos
suenan alto en el cielo. Me levanto y me tambaleo al interior, y mi estómago se
queja desesperado por comida. Entro en el sótano para preguntar si Peter quiere
algo, sólo para descubrir que rodean a un hombre.
Es un hombre chino, y está sangrando por todas
partes. ¿Cuánto tiempo ha estado en ese sótano mientras yo estuve aquí? Siento
la bilis subir en mi garganta. Él está amordazado y atado, y Peter está
sosteniendo un cuchillo ensangrentado en su garganta. Veo con horror que Peter hace
una pregunta, y el hombre no responde.
Peter desliza el cuchillo en su garganta y la
sangre comienza a fluir hacia afuera. No es suficiente como para matar al hombre,
pero es suficiente para mí. Grito. Peter se da la vuelta y sus ojos se abren.
Angel se lanza hacia delante y me agarra, sacándome de la habitación.
―¡Déjame ir! ―grito.
―¡Fuera de aquí, no deberías estar aquí!
―Voy a vomitar ―grito, corriendo hacia el
cuarto de baño. Caigo de rodillas y vómito, a pesar de que mi estómago está
vacío.
―¿Qué demonios? ―oigo gritar Peter.
―¡Te dije que ella debía ser jodidamente
encerrada! ―gruñe Snake.
―¡Ella nunca viene por aquí!
―Maldita sea, vio algo que no debería haber
visto, maldita sea enciérrala Peter o lo haré yo.
Oigo un fuerte crujido y Snake gime de dolor.
―Si me das una maldita orden una vez más
Snake, te mataré ―ruge Peter.
―Estás cometiendo un maldito error Peter,
dejando a esta chica entrar en tu corazón. ― Snake se lanza de nuevo.
―Bájale Snake, ella no está causando ningún
daño ―grita Ace.
―Ya estás todo jodido de la cabeza, yo mismo
la terminaré. Ella es nada más que un desperdicio de espacio. La destriparé con
mis malditos manos desnudas y la sacaré para que podamos seguir adelante con
eso.
Un arma se dispara, yo grito y tiemblo. De
repente hay silencio en la sala y tiemblo tanto que mis dientes suenan. Después
de un momento, oigo voces de nuevo.
―Tuvimos que hacerlo ―dice Angel simplemente.
―¡Saca eso de aquí, y limpia! ―ordena Peter.
―Ace, Rusty, Bull… saquen su cuerpo de aquí y
lidien con él ―ordena Angel.
Siento que mis ojos se abren, ¿Peter lo mató?
Oh Dios, oh por favor… un momento después Peter toca la puerta del baño.
―Abre Lali.
―Vete.
―¡Abre, ahora!
―Por favor, Peter, vete…
Él patea la puerta y se abre de golpe.
Bien, así que la sucia puerta no es tan buena
como la de arriba. Él está cubierto de sangre y me estremezco cuando llega a
mí.
―No me toques.
Él gruñe.
―No deberías haber estado abajo.
―¿Para no poder verte torturando a ese pobre
hombre?
―Ese maldito pobre hombre es un maldito
enfermo violador y parte de la pandilla de Manchez. ¡Ese maldito pobre hombre
no tendría miedo de violarte o de matarte!
―Tengo que irme, por favor, deja que me vaya.
Me levanto y trato de empujarme más allá de
él, pero me agarra y me sostiene apretado. Las manchas de sangre llegan a mis
brazos y me pierdo. Le doy un puñetazo en la mandíbula y él se tropieza hacia
atrás. Me doy la vuelta y salgo corriendo del sótano y más allá de los hombres
recogiendo un muerto, y sangrante Snake. Llego a mi habitación y tiro de mi
ropa, necesitando desesperadamente estar limpia. Me meto en la ducha y comienzo
a destruir todo a la vista.
Peter está detrás de mí en cuestión de segundos,
se mueve a la puerta de la ducha, sin molestarse con la privacidad. Agarra mis
brazos y trata de sacarme. Yo grito y pataleo, maldiciendo y jurando. Le pego,
lo jalo, lo golpeo, lo pateo y cualquier otra cosa que puedo manejar. Él está
empapado ahora, y sus pantalones cuelgan sin fuerza en su gran cuerpo. Toda la
sangre se limpia de su piel y se desliza por el desagüe. Oh, Dios. Él me
agarra y me jala cerca.
―Basta.
―¡Déjame ir! ―grito.
―Cálmate, cálmate. Lamento que tuvieras que
ver eso.
―¡Por favor!
Le pego otra vez y él toma mi puño,
aplastándolo contra su pecho. Toma mi cara entre sus manos y lucho por salir de
su agarre. Luego su boca está en la mía. Oh, Dios, oh demonios. Sus labios
están calientes por el agua, y oh, Dios, todo mi interior está gritando por
más. No puedo luchar contra esto, la desesperación se apodera y mi cuerpo
titubea. Él pasa un gran brazo alrededor de mi cintura y me aplasta más cerca
de su pecho.
Él abre mis labios con su lengua, y gimo
cuando entra en contacto con la mía. Peter es un hombre que puede besar, oh,
demonios, puede besar. Me empuja contra la pared de azulejos y lloriqueo cuando
siento su palpitante longitud presionarse en mi estómago. Lo deseo, es tan
equivocado, tan inquietante, pero Dios, lo deseo. Paso mis manos sobre su pecho
desnudo, está duro y firme debajo de mis palmas. Cuando deslizo mis manos por
su estómago y agarro sus jeans, él deja salir un gemido entrecortado.
Se los desabrocho, sin mover los labios de los
suyos. Él enreda una mano en mi cabello, y luego se inclina lentamente hacia
abajo para deslizar sus labios por mi cuello. Él se arrastra hacia abajo, hasta
que llega a mi pezón. Lo jala a su boca y gime cuando brota y palpita. Yo me
quejo y dejo que mi cabeza caiga a medida que él trabaja sobre mis pezones
hasta que jadeo y ruego. Cuando él se levanta de nuevo, agarro sus pantalones y
los tiro hacia abajo. Cuando lo libero, me quedo sin aliento. Su pene es
enorme, pero eso no es lo que me hace jadear. Son las cuatro perforaciones alrededor
de la base de su gran cabeza.
Siento que mis ojos se abren, mientras miro
las barras con extremos redondeados. Eso tuvo que doler. Mucho. Miro hacia
atrás para encontrarme con su mirada y él está mirando hacia abajo con
divertida expresión. Tentativamente, me acerco y tomo su longitud en mi mano.
Él gruñe mientras deslizo mi mano sobre su dura longitud gruesa. Se inclina y
me levanta para que mis piernas se envuelvan alrededor de su cintura. Sus dedos
se deslizan hacia abajo y encuentran mi clítoris y gimo.
Ninguno de los dos se atreve a hablar. Sé que
si hablo esto se volverá real, y esto siendo real es una cosa peligrosa. Peter
es peligroso para mí, y esta situación es fea. Me volví loca, y no necesito que
se me recuerde eso en estos momentos. Cuando me siento caliente de adentro
hacia afuera, mientras el orgasmo se acerca, agarro a Peter y grito. Él me
acaricia hasta que escurre hasta el último estremecimiento de mi cuerpo.
Entonces su pene está investigando mi entrada
y sus labios están sobre los míos de nuevo. Cuando me baja por encima de su
longitud, se permite un gemido gutural. Grito mientras lo siento deslizarse
dentro de mí, extenderme y llenarme hasta que sus bolas están profundas y él
está gruñendo. Cuándo se desliza hacia atrás, me doy cuenta de para qué son los
piercings. Llegan a ese lugar y oh, Dios, se siente increíble.
―Peter ―gimo.
―Tan malditamente apretada, tan jodidamente
mojada. Te deseo Lali, te deseo tan jodidamente que duele.
Es sólo entonces cuando me doy cuenta de que
no tiene condón. Me congelo y tiro hacia atrás.
―Protección...
―Estoy limpio.
―Pero...
―Me hice chequeos el mes pasado, te mostraré
el informe. Estoy limpio, no he hecho esto… nunca.
―¿Por qué ahora? ―Gimo mientras empuja sus
caderas.
―Porque me vuelves malditamente loco como
nadie nunca lo ha hecho.
Se empuja de nuevo y me olvido de la
protección. Llevo control de natalidad, Gracias a Dios que me puse mi inyección
justo antes de ser capturada.
― Peter, oh, Dios.
―Estás tan malditamente apretada. Harás que me
corra con tanta fuerza.
¿Por qué esas sucias palabras me hacen sentir
tan excitada?
Él empuja sus caderas lentamente, arrastrando
su pene dentro y fuera, con experta precisión, encontrando ese punto cada vez.
Mi liberación crece y, Jesús, se siente tan bien. Agarro sus hombros y deslizo
las uñas por su piel. Él empuja más duro ahora, y puedo escuchar golpearse
nuestra piel junta. Él está gimiendo y se ve tan erótico con la cabeza hacia
atrás y su mandíbula dura y aflojándose con cada golpe.
―¡Peter! ―grito mientras finalmente caigo
sobre el borde.
Arqueo la espalda y él se agacha, tomando mis
caderas en sus manos y empujándose contra mí con tanta fuerza que grito y me
retuerzo. Él se inclina y muerde uno de mis pezones, haciendo que me estremezca
y dé espasmos alrededor de él una vez más. Sus dedos me muerden la piel
mientras se empuja con desesperación, en busca de su propia liberación. Cuando
la encuentra, ruge y puedo sentir su pulso caliente y muy dentro de mí. Su
pecho se esfuerza, sus bíceps están abultados. Todo lo que puedo pensar es en
lo absolutamente hermoso que se ve ahora.
Cuando bajamos de nuestra cima, él deja que me
deslice fuera de sus caderas. Me tambaleo un poco, y él llega para sostenerme.
Cuando me atrevo a mirarlo, capto una mirada llena de puro macho primitivo. Él
está jadeando, y su hermoso pecho sube y baja con cada respiración. Sus
mejillas muy enrojecidas, y su cabello negro está pegados a su frente. La
emoción pasa entre nosotros, mucha, y me pregunto en qué estará pensando en
este momento. ¿Estará tan asustado como yo?
―¡PETER!
Oímos el estruendo en la puerta y me congelo.
―Mierda ―gruñe, saliendo de la ducha y
secándose el cabello. Presiona una toalla blanca contra sus vaqueros para
tratar de secarlos. Veo una mancha de color rosado tenue en la toalla y me doy
cuenta de que es sangre. Oh Dios, me siento mal de nuevo.
Trago, tratando desesperadamente de sacar la
imagen del hombre golpeado y ensangrentado fuera de mi cabeza. Sé de quién es
la sangre de los pantalones vaqueros de Peter. Los saca, y se lleva la toalla
con él. Me arroja una toalla y me ladra para que me vaya detrás de la puerta.
La abre y lo oigo murmurarle a Angel en la puerta.
―Ella estaba tratando de suicidarse, chica
loca ―le dice Peter a Angel―. ¿Qué pasa? ¿Te encargaste del cuerpo? ¿Matarme a
mí misma? ¿Cómo se atrevía a hablar sobre mí de esa manera después de lo que
acabábamos de hacer? No sabe lo difícil que es para mí, escuchar a alguien
llamarme loca. Cuando entra de nuevo en la habitación, me acerco y lo abofeteo.
Él da dos pasos atrás, agarrándose la mejilla.
―¿Qué demonios?
―¡Cómo te atreves a llamarme loca! ¡Cómo te
atreves!
Él suspira y cierra la puerta, presionándome
hacia la pared con las manos en mis hombros.
―Mira, a Angel no le importamos que… hicimos
lo que hicimos pero a él le importará si se pone en modo de ordenar las cosas,
por lo que es mejor si no lo sabe.
―Me llamaste loca ―susurro, sintiendo
escapárseme una lágrima―. No sabes lo que eso me hace.
Él se ve realmente herido por sus palabras, y
se apoya para deslizar el dedo por mi húmeda mejilla.
―Lo siento.
―No estoy loca…
Él suspira y toma mi cara en sus manos.
―Lo sé, créeme, lo sé.
―¿Qué pasó aquí, Peter?
Él cierra los ojos un momento.
―Algo que no puede volver a suceder.
―¿No significó nada para ti? ―susurro y mi
labio tiembla.
―Ahora no vayas llorar y a hacerme sentir mal,
Lali.
―Oh Dios, soy una idiota.
―Mira, la tensión sexual ha estada alrededor
por un tiempo… eso es todo lo que fue.
Me quedo boquiabierta hacia él.
―¿En serio?
Él se pasa las manos sin poder hacer nada por
su cabello.
―Basta, hablaremos de esto más tarde. Tengo
que salir por la noche, ¿puedo confiar en que no huirás o necesito encerrarte
aquí?
―Si quisiera huir ―digo, dándole con una
mirada horrible―, lo hubiera hecho esta mañana. Mantengo mi palabra Peter, que
es más de lo que se puede decir de ti mismo.
―Lali…
―¿Nada Peter? Recuérdalo.
Él da un paso atrás y me da una dura mirada,
antes de girar y golpear la puerta con tanta fuerza que la ventana tiemble.
CONTINUARÁ...
Subi otroooooo massss plisssss
ResponderEliminarLali y Peter son una "pareja" muy rara....
ResponderEliminarMas nove!!!!! :D
Oír sus propias palabras en boca d Lali ,lo desesperó.
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