sábado, 12 de septiembre de 2015

Capítulo 3

Dos días pasaron, y estoy empezando a sentir claustrofobia en esta habitación. Camino atrás y delante, golpeando paredes y destrozando todo lo que puedo encontrar. Estoy enojada, desesperada y avergonzada por haberme dejado atrapar. Pienso mucho en mi padre y me pregunto qué sabrá que es tan importante, fue policía durante un largo tiempo, nunca pensé que fuera a hacer algo ilegal.

Sin embargo, parece que podría estar equivocada, pero estoy equivocada en muchas cosas. Ya no sé lo que es real, todo lo que sé es que terminé en el infierno y no sé cómo salir. Busqué en todos los lugares de la habitación por una salida, pero no hay nada. Peter tiene esta habitación asegurada. Pienso mucho en mi hermana y en Ava, sé que Ava se culpará a sí misma, que estará fuera de sí por la preocupación, y sólo puedo rezar para que haya ido a la policía ya.
Pienso en el hombre que me tiene.

¿Cómo puede alguien tan hermoso estar enredado en este mundo peligroso? Ahora viene cada día y me alimenta razonablemente bien, aunque no como ni la mitad de eso. No me habla más y cuando lo hace, es muy sencillo, contestando con una palabra respondiendo a una pregunta. Me pregunto si realmente hay un corazón debajo de ese exterior.

Personalmente creo que tiene un lado amable, me protegió de ese hombre, después de todo, no tenía que hacerlo.

Una tarde, estoy sentada simplemente mirando por la ventana. Desesperada por la luz del sol, por el aire fresco en mi cara. Oigo la puerta abrirse y me volteo; los pasos de Peter entran en la habitación con mi bandeja de la cena. Hoy está vestido todo de negro, como si estuviera a punto de ir al funeral de alguien. Rayos, tal vez es eso. No pude evitar los estúpidos latidos en mi pecho cuando lo miro, es el tipo de hombre que puede hacer a cualquier mujer salivar, aunque él esté siendo horrible.

Algunas mujeres son extrañamente así, sé que puedo estar siendo una de ellas. Un hombre puede ser un patán absoluto, pero si es hermoso, ella lo aceptará. Es decir, ¿qué pasó con las personalidades y todo eso? Culpo a mi estilo de vida. Mi madre no ganaría el premio a la Madre del Año y mi padre se preocupaba más por su trabajo. Tal vez está incorporado que alguien como yo esté con alguien como Peter.

Miro a mi secuestrador. Creo que Peter tiene personalidad, que sólo está escondida detrás de su acto de duro. Casi consigo que sonría ayer cuando me senté en la sala cantando a todo pulmón. Estaba tratando de evitar entrar en pánico y cantar en voz alta realmente liberaba un poco mi tensión. ¿No es asombroso cómo las cosas más simples pueden hacer que uno se sienta mejor?

―Comida ―murmura él, apuntando a la bandeja. Yo cierro mis pensamientos y me quedo mirándolo, está como todo hombre de las cavernas y gruñendo.

―Yo hombre de las cavernas, tú pequeña mujer… uf, uf.

Sus ojos se abren y el fantasma de una sonrisa juega alrededor de sus labios, pero rápidamente la ahoga. El Peter real no sonríe. El falso Peter estuvo en el club esa noche, y sonrió. Me pregunto si está ahí, en algún lugar.  

―Bromea si quieres, es mejor a que cantes.

Me encojo de hombros.

―¿Qué harías si un loco te mantuviera cautivo?

―No sería tan estúpido como para ser atrapado.

Ouch.

―Eso es un golpe bajo, incluso viniendo de ti.

―¿Tus padres nunca te enseñaron a no tomar bebidas de extraños?

―Mis padres no eran la pareja preferida que asumes. Mi padre nunca estaba en casa y mi madre era… no importa… no es asunto tuyo.

Peter se apoya en el marco de la puerta y me mira.

―No asumo nada.

―Asumiste que soy estúpida.

―Asumí que lo sabrías mejor.

―Bueno, perdón por encontrar a un hombre atractivo. ¡No creí exactamente que fueras un bicho raro que secuestra a chicas inocentes!

Me gruñe y da pasos hacia adelante.

―Ten cuidado.

―¿O qué? ¿Me pegarás? ¿Me golpearás? ¿Me matarás de hambre? Adelante, no me importa. ¡Es mejor que estar en esta habitación!

Su rostro se endurece y da un paso adelante.

―¿Tienes alguna idea de con quién estás tratando?

―No me importa.

Da un paso adelante y yo me muevo hacia atrás, él sonríe. He aprendido que la sonrisa de Peter está tan lejos de una sonrisa, que no es graciosa.

―Si no te importa, ¿por qué estás arrastrando los pies hacia atrás?

―Si quieres lastimarme, Peter, hazlo ahora y acaba de una vez. O eres un buen tipo o eres un mal tipo, nadie puede ser ambos.

Él se da vuelta y camina hacia la puerta, luego se da vuelta y me mira.

―¿No pueden?


CONTINUARÁ...

2 comentarios: