Lali
Estoy muy nerviosa. Dios, estoy tan nerviosa. Euge me
vistió con una camisa verde con cuello en V, jeans ajustados y botas de tacón
negras hasta las rodillas. Rizó mi cabello y ató un pañuelo verde a juego para
mantenerlo fuera de mi cara. Dice que me veo caliente y estoy de acuerdo. La
camisa hace resaltar mis ojos y los jeans abrazan cada curva que no sabía que
tenía. También delineó mis ojos de negro y ha añadido sombra gris ahumado que
me hace ver toda misteriosa. Tengo que decir que sólo me habría puesto una
camiseta de una banda, recogido mi cabello y tal vez un poco de brillo de
labios. Nunca he hecho esto antes, pero renuncié y se lo pedí porque quería
parecer tan hermosa como él me hace sentir.
Euge viene detrás de mí para mirar en el espejo
mientras yo lo hago.
—Te dije que había curvas debajo de todos los
pantalones anchos y camisetas de bandas. —Sonríe ampliamente y agita mi
cabello.
—Sí, bueno, no podría haber dicho que había alguna y
es mi cuerpo —le digo mientras le doy una mirada de agradecimiento.
—Cada chica tiene curvas en la ropa adecuada, cariño
—dice, mientras se vuelve para regresar a su cama. Me rio de esas palabras.
—Sí, Euge, ahora te creo totalmente.
Ella empieza a responder, pero mi teléfono comienza a
sonar. Mi estómago se cae hasta mis rodillas al mirar la pantalla. No es Peter
diciéndome que está aquí. ¡Oh, no! Es mi hermano Vico, quien está en la casa de
Peter hablando con él.
Casi lo dejo ir al correo de voz pero contesto en el
último segundo.
—¿Qué pasa, Vico?
—Oye, ¿crees que tal vez tú, Euge, Peter y yo podamos
salir el viernes? Tú sabes, como una cosa de grupo —pregunta sonando
extremadamente nervioso.
—Umm, déjame preguntarle a Euge, aunque no creo que
vaya a ser un problema. —Suspiro. Estaba totalmente asustada por nada. Miro a Euge.
—¿Quieres salir conmigo, Vico y Peter el viernes?
Su rostro muestra que esto la sorprende, pero sonríe y
asiente con la cabeza rápidamente. Personalmente estoy contenta porque la
necesitaría allí sólo para mantenerme fuera de Peter.
—Sí, las dos estamos dentro. Tengo algunas cosas que
hacer, así que voy a dejarte —digo rápidamente mientras mi teléfono vibra que
tengo otra llamada.
Vico da las gracias y cuelga, y estoy inmediatamente
conectada a la otra línea.
—Hola —hablo en el teléfono con la esperanza de que
sea Peter.
—Hola, hermosa, estoy en el estacionamiento cuando
estés lista. —Su voz viene a través de la línea, enviando mis nervios en un
frenesí.
—Está bien, enseguida voy. —Cuelgo antes de que pueda
responder, volteándome hacia Euge a punto de enloquecer.
Ella se levanta de la cama moviéndose rápidamente
hacia mi cara diciéndome que respire.
—Está bien, Lali, estarás bien. Sólo respira. Estaba
preocupada por esto; todo esto a escondidas de tus hermanos no va a ayudar a tu
estrés. —Comienza a acariciar mi espalda a un ritmo suave.
Después de que mi mamá murió, empecé a tener ataques
de pánico cada vez que la vida se volvía demasiado para mí. Solían pasar todo
el tiempo en aquel entonces. A medida que fui creciendo, se volvieron menos
frecuentes y ahora tengo uno cada vez que la luna está azul. Siempre me he
preguntado si mi familia es tan sobre-protectora gracias a ello. Supongo que
encontrar a tu hermana menor desmayada en el baño puede hacerte eso.
Empiezo a respirar mejor y antes de darme cuenta estoy
bien.
—Estoy bien, Euge, no era uno muy grande. Estoy bien
ahora.
Parece que no me cree, pero me ayuda en el suelo.
—Toma esas escaleras con calma, cariño, y escríbeme
cuando llegues a su camioneta.
***
Cuando salgo al aire fresco de la noche miro a mí
alrededor por su Silverado. Es tan emocionante, me encantan las camionetas
grandes. Supongo que me hacen sentir más grande de lo que realmente soy.
Cuando lo veo, mi aliento se traba.
Está de pie fuera de ella con una sola rosa roja. No
puedo ayudarme a mí misma mientras me rio de ese cliché. Me sonríe
maliciosamente como si captara la broma, y eso hace que me sienta menos
nerviosa. Tomo la flor de su mano llevándola a mi nariz para inhalar el dulce
aroma.
—Gracias.
Me fijo en lo maravilloso que se ve en una camisa de
vestir azul pálido, que está por fuera de sus jeans. Las mangas están
enrolladas hasta sus codos y sus jeans tienen esos agujeros pre-hechos. A mí
nunca me han gustado ese tipo de jeans, pero él los hace lucir genial. Entonces
me pongo celosa de sus Chuck Taylors rojos. Yo tenía un par verde lima pero se
arruinaron rápido porque los llevaba puestos a todas partes.
Me da una sonrisa tímida y toma mi mano llevándome al
otro lado de la camioneta, donde abre la puerta del lado del pasajero para mí.
Después de que me ayuda a entrar, cierra la puerta y camina alrededor de la
camioneta.
Tomo el tiempo a solas para concentrarme en mi
respiración. ¡Dios, espero no tener un
ataque delante de él, eso sería tan vergonzoso!
—¿Estás lista para salir? —me pregunta con una ceja
dorada levantada.
Mierda.
Estoy totalmente pérdida por él. Ni siquiera sabía que estaba en la camioneta
todavía.
—Umm, sí, vamos. —Sonrío mientras mis mejillas
enrojecen—. ¿A dónde vamos?
—Estaba pensando que podríamos ir al lago y disfrutar
de un picnic en la parte trasera de la camioneta. Estoy bastante seguro de que
no va a haber un montón de gente ahí, así que hay menos posibilidades de que
seamos descubiertos —dice tímidamente.
Asiento con la cabeza.
—Sí, eso suena muy bien. —Y lo hace de verdad. Me
encanta estar al aire libre y el clima todavía no es demasiado frío. El cielo
está despejado, todas las estrellas y la luna están fuera.
—Está bien. Me preocupaba que no te gustara estar
fuera o algo así. Personalmente me encanta estar afuera. Cuando yo era niño mi
nana no podía conseguir que me quedara en el interior —dice
conversacionalmente.
Sonrío imaginándolo corriendo de una viejecita.
—Eso es lindo. Pobre de tu abuela.
Frunce el ceño y mira confundido.
—¿Mi abuela? Oh, pensaste que quería decir mi abuela.
No, mi niñera, como alguien al que se le paga para cuidar de mí. Mis padres no
estaban presentes mucho, así que ella nos crió a mi hermano y a mí.
—¿Tus padres los dejaron solos durante el tiempo
suficiente para que una niñera tuviera que criarlos? Eso suena horrible.
No podría imaginar a mis padres abandonando a ninguno
de nosotros durante tanto tiempo. Ni siquiera me dejaron ir a Sarah Lawrence
porque era demasiado lejos de ellos.
—Caray, toda tu familia es como sobre protectora, ¿no?
Casi deseo que la mía lo fuera. Ni siquiera he hablado con mi madre como en
seis años.
—¿Por qué? —Se
fue con su entrenador personal cuando yo tenía trece. No he hablado con ella
desde entonces. No la conocía tan bien, así que no fue gran cosa.
—Vaya. No he hablado con mi madre en ocho años. —Mira
hacia mí en vez de la carretera.
—¿Cómo es eso
posible? He conocido a tu madre, ella como que vive en tu casa.
—No, esa es Sarah. Ella dio a luz a mis hermanos y
hermanas. La mía murió cuando yo tenía diez. Tenía cáncer.
—¿Eres adoptada?
—Umm no. Es muy complicado y no me gusta hablar mucho
sobre eso.
—Puedes decirme lo que quieras, Lali, no voy a
juzgarte o a tu familia por ello.
—Está bien, entonces. Tú lo pediste. Mi padre tuvo una
aventura con mi mamá hace diecinueve años y soy el resultado. Cuando ella
murió, tuve que ir a vivir con mi padre y su otra familia. Vico y todo el mundo
ni siquiera sabía que existía.
—Sinceramente no esperaba que dijeras eso. Maldición,
eso es una locura.
—Sí, y sólo soy dos semanas más joven que Vico y
Gastón. Mi padre y Sarah son buena gente, me refiero a que no tenían que hacer
nada de eso por mí, pero lo hicieron y nunca me faltó nada. Sarah es un poco
dura conmigo, pero creo que es sólo porque no sabía qué hacer conmigo.
—Sí, bueno, supongo que tienes que mirar las cosas
desde su punto de vista, ¿sabes? Tenía que tomar a esta niña que fue el producto
de una aventura amorosa que su marido tuvo. Ella no estaba pensando en ti. Al
menos es una persona lo suficientemente buena para cuidarte. Mi padre ni
siquiera vino a mi graduación. Me desperté un día y esta camioneta estaba fuera
con un lazo. La había hecho llegar.
—Eso es una mierda. Siento de veras que no estén ahí
para ti. Por lo menos tienes a tu hermano. Es muy dulce que te quedes aquí para
estar con él.
—¿Cómo sabias eso? Oh, espera, Vico, que chismoso. —Me
sonríe y toma mi mano. Siento un hormigueo bajando a mis dedos mientras enlaza
su mano con la mía—. No se suponía que supieras eso, se supone que pienses que
soy un genial, melancólico e incomprendido chico malo.
Me rio a carcajadas por eso.
—No estás cerca de ser un chico malo. ¿Has conocido a Gastón?
Él es la definición de la palabra.
—¿En serio? Y no, nunca lo he conocido. Sólo conocí a
tu madre porque trajo a Vico a mi casa cuando éramos más jóvenes. Habla mucho
de ustedes, especialmente de ti.
—Eso no es vergonzoso ni nada. —Me estremezco a lo que
él podría haber dicho sobre mí. Le doy una sonrisa de oreja a oreja—. De todos
modos, Gastón tiene varios tatuajes y piercings. También pasa por las chicas
como ningún otro puede.
—¿No tienes un tatuaje?
—Sí, tengo cuatro. Sólo viste uno, también tengo dos
en mi espalda y uno en el pie.
—No sabes lo
caliente que es eso. ¿Qué son?
—Preferiría mostrarte. Son un poco difíciles de
explicar. —Abofeteé mi mano sobre mi boca. Tengo que aprender a controlar lo
que digo a su alrededor—. No quise decirlo como sonó.
—Está bien, Lali —se ríe y trae mi mano para depositar
un beso en mis nudillos—. Me puedes mostrar y quiero tomarlo como un pase. A
menos que no quieras que lo sea. —Sonríe ampliamente y veo hoyuelos a cada lado
de su boca. No sé cómo no los vi antes. Me gusta el aspecto juguetón que aporta
a su rostro.
Sonrío tímidamente porque realmente no tengo idea de
qué decir a eso.
Peter
Una vez que llegamos a mi lugar favorito, apago el motor y
salgo. Pongo unas mantas en el asiento trasero, así podemos sentarnos en la
cama de la camioneta. Me encanta aquí arriba. Es muy tranquilo y silencioso. A
diferencia de la ciudad, puedes ver cada estrella fuera esta noche. No sé
cuándo me puse tan cursi. Supongo que ella saca mi lado romántico. Un lado que
nunca he conocido, pero estoy bastante seguro que me gusta.
Corro a su lado de la camioneta para ayudarla.
—Su picnic espera mi dama.
Se ríe tomando mi mano.
—Vaya, gracias, amable señor. —Recibo un guiño a medida que
salta por delante de mí. Y está bien, eché un vistazo total a su trasero. Al
igual que ella, es perfecto.
Subimos a la cama y nos sentamos en la manta gris
descolorida que Bauti sacó de un armario en nuestra casa.
—Traje sándwiches de pavo, patatas fritas, algo de
fruta y galletas para el postre.
—¿Qué tipo de galletas? —pregunta mirando en la cesta
de mimbre que Bauti también sacó de algún agujero en nuestra casa del que no
tenía ni idea.
—Mantequilla de cacahuete. Son mis favoritas —digo
sacando la comida y colocándola delante de nosotros.
—¡Son mis favoritas también! —Se emociona y roba una
de mis manos. Vuelve a sentarse frente a mí al estilo indio—. Sarah hornea
estas todo el tiempo. No sé por qué, porque soy la única a la que le gustan.
—Se encoge de hombros comiendo su galleta.
—Bautista las hizo. Le encanta cocinar. Él realmente
hizo toda la comida. Quiere ir a la escuela de cocina y abrir su propio
restaurante algún día —revelé, desenvolviendo un sándwich de pavo.
—Eso es realmente genial. Espero que llegue a hacerlo.
—Hace una pausa tomando otro bocado. Después de que ha masticado y tragado,
vuelve a hablar: —Realmente quiero ser una consejera para los niños más
pequeños. Quiero ayudar a la comunidad de la forma en que mi madrastra lo hace.
—Eso es impresionante. ¿Qué hace ella? —le pregunto.
—Organiza un montón de obras de caridad y cosas así.
Ha reunido un montón de dinero para niños desfavorecidos en todo el estado.
Incluso administra un campamento de verano para ellos. Van ahí y aprenden a
nadar y montar a caballo. Cosas como esas.
—Vaya. Es realmente genial que haga eso. He querido
ser abogado durante todo el tiempo que puedo recordar. Bautista dice que es
porque me gusta debatir —se ríe de esto y sigo adelante: —Sólo quiero ayudar a las personas que lo han
pasado mal y necesitan que alguien les haga justicia.
—No sé sobre la cosa de debatir. Pareces estar de
acuerdo con todo lo que digo. —Sonríe tímidamente.
—No has dicho ni hecho nada con lo que no estoy de
acuerdo. —Le devuelvo la sonrisa tomando un bocado de mi sándwich.
—Buen hombre —dice, mientras me guiña un ojo.
Comemos todo y hablamos durante
horas. Creo que hemos cubierto todos los temas conocidos por el hombre. Y
todavía me siento como que podría hablar durante más horas. Tenemos tanto en
común que ni siquiera es gracioso. Nos gusta la misma música. A los dos nos
encanta leer, pero no tengo mucho interés por los romances en que ella está
enganchada. Me gusta un buen misterio. También me gusta que su familia esté tan
loca como la mía. Ella no me juzga de la forma en que algunas personas lo han
hecho.
La recuesto conmigo a ver las
estrellas. Se acurruca a mi lado y yo sin saberlo, he estado pasando mis manos
por su cabello. Tiene que ser tan tarde y tenemos que seguir adelante, pero no
quiero que la noche termine.
—Tenemos que irnos, Lali.
No hay respuesta. Así que miro hacia
ella y está profundamente dormida. Me rio bajito y creo que debo ser la persona
más aburrida que ha conocido nunca, porque esta es la segunda vez que se ha
dormido en mí. No quiero despertarla, así que me quedo allí un rato más
acariciando su cabello y antes de darme cuenta estoy dormido también.
CONTINUARÁ...
que tiernosss .. .massssssssssssssss
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