lali
—Está bien, ¿así que no sólo estás saliendo con Vico si no también tienes algo con Gastón? ¿Me estás jodiendo? ¿Porque estoy escuchando esto hasta ahora? —Tomo una respiración profunda y espero impaciente la respuesta de Euge.
—Está bien, ¿así que no sólo estás saliendo con Vico si no también tienes algo con Gastón? ¿Me estás jodiendo? ¿Porque estoy escuchando esto hasta ahora? —Tomo una respiración profunda y espero impaciente la respuesta de Euge.
—Lo estás escuchando hasta ahora porque no te quería
en medio de esto. Has estado saliendo con Peter y no quería que te preocuparas
por mí. Mira, me encontré con Gastón en la cafetería hace dos semanas, pero yo
no sabía que era el hermano gemelo de Vico. Quiero decir, no lucen iguales.
Pero ahora sé que son muy diferentes, pues es un total idiota. Quiero decir,
¡él dijo que me llamaría y han pasado semanas y no me ha dicho nada! Al menos Vico
sabe cómo mantener su palabra.
Ella se pasea alrededor del baño mordisqueando su uña.
Me siento mal por ella. Como alguien que ha tenido que aguantarse a esos dos,
no querría estar entre ellos tampoco.
—Bueno, eso suena muy Gastón y no quieres tener nada
mas con él, creo, es del tipo fácil y tú no eres así. Vico puede hablar mucho
de futbol americano, pero no tendrá sexo contigo y luego no te llamara.
—Exacto, yo sabía que Gastón jugaba conmigo, pero era
tan tierno y comprensivo. Quiero decir, ¡volqué mi comida accidentalmente sobre
él! Conocía esa sonrisa, estaba por encima de la de cualquier chico malo. En
ese momento hubiera dado lo que sea por conocerlo pues no pensaba que Vico
volviera a hablarme. Ahora ellos están actuando como completos idiotas conmigo,
no quiero drama, Lali, no puedo manejarlo después de todo lo que he pasado.
—Está a punto de llorar. Extiendo mi mano
y ella me abraza.
—Lo sé, cariño. Voy a hablar con Gastón y decirle que
lo supere. Él necesita respetar tu deseo de estar con Vico o lo que sea que
ustedes estén haciendo.
—No sé lo que estamos haciendo. Él me habla en las
prácticas, pero nunca hemos discutido lo que pasa entre nosotros. No sé si
debería haber algo, quiero decir, ¡esto ya es muy dramático y ni siquiera estoy
con ninguno de los dos!
—Lo que necesitas es preguntarle. Pienso que el único
drama que puedes obtener en este momento es con Gastón, pero le voy a decir que
se aleje, No va a ser como la última vez. —Hace como un año, Euge rompió con su
novio de hacía muchos años y él no lo tomó muy bien. Empezó a decirle a todo el
mundo que ella era una zorra y una persona horrenda. Llegó al punto en que ella
no podía salir a la calle sin escuchar su nombre y sin que destrozaran sus
cosas. Ella me dijo que cuando fue a usar su vestido de graduación, éste tenía
escrito con spray PUTA. Afortunadamente tenía otro vestido, pero esas cosas no
son algo que se deba enfrentar con una ruptura.
—No puedo pasar por eso de nuevo, Lali. Lo que Joaquin
me hizo pasar fue horrible y algunas veces no puedo creerlo, ¡yo que pensé que lo conocía!
—Lo sé cariño, pero ninguno de mis hermanos es así. Vico
no podría irrespetar a una chica y Gastón es más de ser irrespetado por ellas.
Ella sonríe.
—Está bien, puedes ir a jugar hockey aéreo con Peter o
algo mientras tengo una charla con Vico, ¿por favor?
—Seguro, sólo envíalo por acá —lo dije sin tener la
intención de salir del baño. No lo he visto desde el lunes en la mañana y estoy
deseando un poco de acción.
Espero cerca de 5 minutos antes de escuchar a alguien
viniendo por el pasillo del salón de juegos. Es Peter. Rápidamente agarro su
brazo y lo meto al baño conmigo. Mis brazos inmediatamente encuentran su cuello
y lo llevo directamente a mis labios. Él los tiene abiertos por la sorpresa y
rápido introduzco mi lengua en su boca. Le doy crédito, pues no le toma mucho
recuperarse del shock en el que estaba y levantarme poniendo mi culo en el
mostrador junto al fregadero. Siento sus manos en la piel de mi estómago donde
las resbala bajo mi camisa. Mi piel entra en erupción y se eriza con cada caricia. No estoy
ayudándome a mí misma cuando empiezo a desabrochar su camisa. Sus labios nunca
dejan los míos y él tira sus hombros hacia atrás para sacarse la camisa. No
puedo ver nada con la luz apagada, así que las encendí, luego de tirar de sus
labios. Quiero decir, por favor, ¡tengo a Peter Lanzani sin camisa, tengo que
echar un vistazo!
El recuerdo borroso que tengo de él sin camisa no se
acerca ni un poco a la realidad. Tiene esa arrogante sonrisa en su cara
mientras lo devoro con la mirada. Se puede decir que funciona, vaya que sí
funciona. Sus abdominales son perfectos y duros, me hacen sentir como si
pudiera lavar mi ropa en ellos. Su pecho es amplio y bien formado. Y sus
pequeños pezones cafés y no puedo dejar de inclinarme y chupárselos. Él aleja
mi cara de su cuerpo
—Nada de eso, bebé, o voy a perder el control.
Lo agarro de su cintura y lo pongo de vuelta entre mis
piernas.
—Puede que quiera que lo pierdas.
—Dios, eres una zorra —se ríe inclinándose para besar
y mordisquear mi cuello. Dejo escapar un gemido.
—Ahora soy yo la que voy a perderlo —digo tirando de
su cabeza y poniendo mis labios sobre los suyos de nuevo.
Nuestras lenguas se encuentran casi al instante. Lo
succiono con mi boca para no dejarlo ir cuando intenta alejarse. Se pone mucho
más caliente luego de eso. Antes de siquiera poder parpadear, mi camisa está
sobre mi cabeza, mi sujetador le sigue y rápidamente estamos piel con piel y se
siente tan delicioso frotarse con él mientras gime.
—Bebé, para. Estoy a punto de perder el control.
—Umm como dije… tal vez yo quiero que lo pierdas.
—No, no quieres, no en un baño.
—Shhh, hablas mucho —digo eso mientras beso y lamo su
cuello. Antes de darme cuenta, me levanta del mostrador y me pone en el suelo
donde procede a desabotonar mis vaqueros y los coloca más abajo de mi cadera.
Luego me levanta y me pone de nuevo en el mostrador. Pone su frente en la mía
diciendo.
—¿Esto es lo que quieres, Lali? —susurra en mis labios
mientras sus dedos trazan el camino al interior de mis bragas.
—Sí —gimo besando su boca.
Sin aviso, introduce su grueso dedo en mi calor
húmedo.
—Estás tan apretada, bebé. No sabes lo mucho que me
excita que nadie ha estado aquí, sólo yo
—dice sin aliento contra mis labios.
La única respuesta que obtiene es mi gemido de placer
puro. Su dedo continúa empujando lentamente mientras me devora la boca. Sin
darme cuenta, su dedo comienza a moverse más rápido y su pulgar encuentra mi
clítoris frotándolo lentamente.
Ahí es cuando comienza el hormigueo en mi cuerpo desde
el centro del placer. Dios, esto es maravilloso y mis caderas se mueven para
encontrar su mano en una danza sensual.
—Vamos bebé, córrete para mí, sobre mi mano. —Y eso es
todo lo que necesito antes de caer en el abismo. Cubre mi boca para atrapar mi
grito de placer. Me estoy aferrando a él desesperadamente y mis pies se encogen
dentro de mis botas. Sí, realmente consigo todo lo mejor del sexo y su nombre
es Peter Lanzani.
Peter
Está bien, esta es la segunda vez desde que era un
adolescente que me he corrido en mis pantalones. Espero que no se convierta en
un hábito, pero supongo que esto es lo que ella produce en mí, no puedo ni
controlar mis partes del cuerpo.
—¿Umm lo hiciste…? Tú sabes, ¿en tus pantalones otra
vez? —pregunta tímidamente.
—Sí, hermosa, lo hice. Parece que no puedo ni
controlarme a mí mismo cerca de ti —respondo pasando mis dedos en su rebelde
cabello.
—Lo siento, no sé qué me ha pasado. Haces saltar mis
hormonas o algo así. —Toma mi mano y me da un beso encima en la palma luciendo
absorta en sus pensamientos.
—¿Que pasa, hermosa? —pregunto plantando un beso en su
frente.
—No tengo idea de cómo vamos a pasar frente a Vico sin
lucir como si acabáramos de estar tonteando en el baño. —Se sonroja.
—Bien, pienso que podemos hacer algo conmigo, pero tú
estás sonrojada y tu cabello está más salvaje que antes. A mí me encanta, pero
a tu hermano, no creo —le digo tímidamente.
—Ugh, él va a matarnos —dice mirándose al espejo
mientras trata de acomodarse sus rulos con los dedos. Pienso que se dio cuenta
de que no llevaba blusa porque sus mejillas se enrojecieron más y miró su
pecho. Me río entre dientes mientras recojo su ropa. Me volteo para verla y
ponerle su sujetador y blusa.
—Nunca pensé que ponerle la ropa a una chica sería tan
caliente. —Y hablo totalmente en serio. Parece que el pequeño Pit quiere jugar
de nuevo.
—Hmm, déjame intentarlo —dice mientras agarra mi
camisa. Después del último botón, ella continua—. Sí… no fue muy caliente para
mí. Pero luces excelente en esta camisa. —Haciéndome un guiño y volteándose de
nuevo para mirarse en el espejo.
Abro el grifo del agua y pongo mis manos bajo el agua
y salpico tanto como puedo en mi entrepierna. Lali rompe a reír. Es tan sexy.
En un tono bajo y rudo.
—¿Que es tan
gracioso, bebé?
—¡Jamás habría pensado en eso! ¡Buena idea! —Ella
sonríe de oreja a oreja. Está bien, realmente necesitamos salir de este baño.
No puedo aguantar mucho más teniéndola recostada en el mostrador.
—Gracias. Deberíamos salir antes de que tu hermano se
dé cuenta de que no estamos jugando Hockey aéreo.
Destrabo la puerta, la abro y oigo la voz de Vico en
el pasillo:
—¿A dónde carajo se pudieron ir?
—No lo sé. ¿Quizá algo sucedió? —Escuche decir a Euge.
Mierda
—No te preocupes por esto, tengo una idea. Sólo
sígueme —susurra Lali detrás de mí.
Ella sale del baño dejando la puerta abierta. Supongo
que debía seguirla.
—Hola chicos, ¿qué pasa? —pregunta Lali calmadamente.
—¿Qué carajo están haciendo en el baño? —pregunta Vico
con una mirada de odio hacia mí.
—Tiré un poco de coca en el pantalón de Peter. Así que
lo llevé al baño para sacar la mancha —dice ella poniendo sus manos en las
caderas—. ¿Hay algún problema con eso? ¿O debo dejar que camine con una gran
mancha de coca en su entrepierna? —Ella golpea con el pie y dirige una mirada
que congela a todo el mundo, tenía ese poder irradiando de su delgado
cuerpo.
—No quise dar a entender que ustedes estuvieran
haciendo algo, pero parecía extraño que salieran del baño… juntos. —Él me mira
fijamente.
—Lo siento, ella insistió, no me hubiera molestado
nada, pero puede ser muy insistente cuando quiere —digo sonriéndole a Lali.
—No soy insistente, sólo me gusta salirme con la mía.
—Sonríe hacia mí guiñándome el ojo.
—Dejen de coquetear. No quiero tener que matar a Peter
—dice Vico.
—Sí, ¡vamos a jugar! Por eso estamos aquí, ¿no?
—afirma Euge mientras camina hacia Vico, lo agarra de la mano y se van por el
pasillo hacia las pistas.
Cuando salieron, agarro a mi pequeña zorra por la
cintura y me agacho para plantarle un beso en sus dulces labios. Dibujo un
camino de besos hacia su oreja donde susurro:
—Eres increíble.
Ella tiembla mientras responde:
—Lo intento. ¿Por qué fue esto?
—Imagino que Vico y yo andaremos juntos, así que
tendré que mantener mis manos lejos de ti por el resto de la noche. Así que
este fue tu beso de buenas noches. —Sonrío y la empujo al pasillo. Terminamos
jugando dos juegos y las chicas ganaron las dos veces dejando a Vico cabreado,
sin embargo él era un gran deportista. Fue muy difícil ver a Lali toda la noche
sin poder tocarla o besarla. Pude oler su dulce esencia en mis dedos toda la
noche y esto casi me mata. Para el momento en que dejamos a las chicas fuera
del dormitorio, yo necesitaba una ducha fría.
CONTINUARÁ...
me encantoooo .. massssss
ResponderEliminar