Lali
Me pregunto lo que el siempre maravilloso Peter
Lanzani pueda querer de mí. No lo he conocido siquiera, pero Vico le ha
conocido siempre. Al parecer, él es un gran quarterback y eso le hará ganar
puntos con mi hermano.
Euge y yo hemos estado buscando a través de Facebook a
mi chico misterioso. No hubo suerte hasta ahora y estoy empezando a
desanimarse.
—Está bien, Lali, lo encontraremos así tenga que pasar
por cada chico que vaya a esta escuela.
Me rio.
—De acuerdo, Euge, tengo que ir a encontrarme con mi
hermano y su amigo. Al parecer, necesita un favor.
—¿Quién es? —pregunta arremolinándose alrededor de su
silla para mirarme.
—Peter Lanzani.
Han sido amigos desde siempre. Me sorprende que Vico lo deje hablar conmigo
siquiera —le digo mientras saco mis pantalones de mezclilla. Yo llevaba
pantalones cortos de yoga para la cama, pero Vico moriría si caminara en ellos.
—¡Oh mi dios! ¡Él es totalmente caliente! Lo lamería
de la cabeza a los pies —dice con una mirada tímida en su rostro.
—No sé porque no lo he visto antes —me rio en su cara
y camino hacia la puerta.
—¡Oh, te olvidarás de este otro chico al segundo que
lo veas! ¡Es como el hombre más caliente de todos! —chilla mientras da vuelta
en la silla.
Me río totalmente de ella y salgo por la puerta.
Nosotros vivimos en el último piso y tengo que tomar los cuatro tramos de
escaleras hasta el vestíbulo. Odio estas escaleras y deseo que este edificio
tuviera un ascensor. Estoy esperando a que si yo puedo hacer este favor a Peter,
entonces tal vez me ayudaría a encontrar mi chico. Me emociono y me apresuro
hacia abajo. Sé que él es amigo de mi hermano, pero yo podría ser capaz de
hablarle guardándolo de él.
Al salir por la puerta de la escalera me doy cuenta de
que ya están aquí. Es sábado por la noche y este lugar está bastante vacío. Las
sillas donde usualmente ves las chicas estudiando o viendo la TV están vacías
excepto por mi hermano y su amigo. Peter está sentado de espaldas a mí, así que
no puedo ver si él es el chico más bueno de todos como dice Euge. Probablemente
no pensaría eso de todos modos por el simple hecho de que el hombre misterioso
es el más caliente de todos, bien, para mí de todos modos.
Vico está de pie y agitando sus manos de una manera
animada. Creo que están hablando sobre el juego.
Al acercarme a Vico, deja de hablar y extiende sus
brazos para un abrazo. Entro en ellos y me siento como una niña pequeña.
Quiero decir, vamos, es más de treinta centímetros más
alto que yo. Me escapo a Peter y todo el color drena fuera de mi cara.
Es él y tiene la misma mirada en su cara que estoy
segura de que tengo. Voy a darle crédito, porque aunque cuando Vico me deja ir,
a Peter se le levanta el ánimo y pone una sonrisa amable en su rostro. Él toma
los pocos pasos entre nosotros y extiende su mano.
—Hola, Lali, es un placer conocerte. Vico me ha
hablado mucho de ti.
Me mira intencionadamente y me agarra la mano para la
sacudida. Mi palma hormiguea donde toca la suya.
—Es un placer conocerte, Peter. Puedo decir lo mismo
de ti —le contesto mientras deja ir mi mano—. Tengo que volver a mi habitación,
mi compañera de cuarto está lista para comenzar nuestra noche de película, así
que dame tu número y podemos resolver ese favor. Él asiente con la cabeza.
—Suena como un plan. Tenemos una fiesta a la que
llegar también. —Tomo mi teléfono del bolsillo. Se lo entrego a él y hace un
punto para tocarme cuando lo toma. Él presiona algunos botones y luego lo está
poniendo de nuevo en mi mano.
Nos despedimos y me pongo a caminar de regreso por las
escaleras hasta mi habitación. Apenas noto el viaje, porque mi mente está en Peter
Lanzani. Ahora me doy cuenta por qué parecía tan familiar. Hay una foto de él y
Vico en una fiesta del lago un par de años atrás en el dormitorio de Peter. Su
pelo era más largo, así que supongo que es por eso que no hice la conexión
antes de ahora. Cuando entro en la habitación, Euge está rebotando arriba y
abajo.
—Así que él es el chico más bueno que hayas visto
antes, ¿no? —exclama después de me he sentado en mi cama.
—Sí, es el chico más ardiente de todos. También me
enrollé con él anoche —digo. Me siento como si estuviera en un sueño.
Me gusta tanto y no he dejado de pensar en él desde
que me desperté esta mañana y ahora todas mis esperanzas están aplastadas.
—Oh mi jodido dios, casi totalmente tuviste sexo con Peter
Lanzani. —Se sienta a mi lado en mi cama. Se ve que está tan aturdida como yo.
—Sí, y aquí viene lo bueno, es el mejor amigo de mi
hermano. —Dejo caer mi cabeza en mis manos. ¿Por qué es tan cruel el destino?
Yo podía ocultar a un chico para que mis hermanos no supieran de él, pero no a
uno de sus mejores amigos.
—Eso golpea, cariño. No sé qué decirte. Vico y Gastón
son como guardianes, y tú eres una presa psicópata. —Ella frota mi espalda como
para calmarme.
—Él me dio su número, ¿crees que debo escribirle?
—pregunto esperando que ella diga que sí.
—¡Claro que sí! Oh, Dios mío, esto es genial. Ustedes
pueden hacer como todo secreto y todo eso. ¡Una versión moderna de Romeo y
Julieta! —exclama.
—Yo no creo que iría tan lejos como Romeo y Julieta, Euge.
Quiero decir, ellos se suicidaron —me rio cuando ella entiende lo que estoy
diciendo.
—Es cierto, pero no estoy diciendo que tienen que
suicidarse ni nada, simplemente creo que ustedes deberían guardarlo de Vico.
Le daría la vuelta por completo.
—Espera, ni siquiera sé si él siente lo mismo que yo.
Así que no vamos a escribir votos de boda o algo así.
—Creo que totalmente te quiere, eres mucho mejor que Maria.
Gah, odio esa bruja —se burla.
—¿Quién es Maria? —pregunto.
—Su ex-novia y es una persona malvada, que es
probablemente el por qué alguien le rompió la nariz. —Sonríe a esto. Yo no, y
por segunda vez esta noche toda la sangre drena fuera de mi cara.
—Yo fui ese alguien.
—¿Qué? ¿Cómo dejar eso fuera de tu historia? ¡Eso es
casi tan importante como engancharse con Peter! —dice con entusiasmo.
—Tú sabes que puedo ponerme violenta cuando bebo y
echó un trago en mi cara derramándola toda en mi camisa firmada por Avenged
Sevenfold. Se encoge de hombros, como si esto no fuera nada.
—Es lo que ella
se merecía y mucho más. ¡Adelante, escríbele! Este es la mayor emoción que he
tenido en semanas.
Peter
No puedo creer que casi tuve sexo con la hermana de Vico. Yo
debería haber hecho la conexión antes. Ella tenía el mismo tono de cabello
negro que él y siempre habla de lo pequeña que es. Debo olvidarme de ella
porque él me mataría si alguna vez se entera. Pero no soy tan fuerte y por eso
cuando ella me envió un mensaje pidiéndome que la encontrara en el
estacionamiento de su residencia, le dije que sí.
Después
de verla en el vestíbulo, le dije a Vico que no me sentía bien y quería volver
a casa. Él era un buen deportista sobre ello y se fue a la fiesta de Pablo en
su auto. No tendría que haber hecho la cuadra, ni haber estacionado
de nuevo en el aparcamiento del dormitorio y esperar su mensaje de texto. No me
decepcionó, sólo diez minutos pasaron antes que ella lo hiciera.
La veo salir por la puerta y mi corazón se detiene. Es
tan malditamente hermosa. No puedo quitar mis ojos de ella. Es como si yo fuera
la serpiente y ella es el encanto.
Sacudo la cabeza y salto fuera de la camioneta. Ella
está de pie junto a la puerta mirando a su alrededor por mí, así que llamo por
su nombre. Lali. ¡Qué bonito nombre para una chica hermosa! Estoy feliz de
saberlo ahora.
Salta al sonido de mi voz, y parece que la estoy
sorprendiendo. Toma una respiración profunda y se acerca a mí. Meto mis manos
sudorosas en los bolsillos del pantalón. Parece que es una motivación lenta
mientras hace su camino hacia mí.
Se mete las manos en la bolsa de su sudadera con
capucha cuando llega a unos metros de distancia. Se pasa de un pie a otro como
si estuviera nerviosa. Poco sabe que eso no tiene que ser. Ella no tiene nada
que temer de mí.
Puedo ver su sudadera de capucha negra que tiene una
imagen de Lady Gaga en ella. Me muevo hasta sus pantalones ajustados que
encajan a la perfección en torno a sus caderas y piernas. Casi me rio cuando
veo las pantuflas de peluche negro en sus pies. Vuelvo a su cara en forma de
corazón y miro sus ojos color miel enmarcados por gruesas pestañas y su salvaje
cabello rizado.
—Hola —digo como un idiota.
—Hola —repite.
—¿Quieres sentarte en la camioneta? Es un poco frío
aquí afuera —pregunto.
—Por supuesto. —Retrocede y gira alrededor de la parte
delantera de mi camioneta y se sube en el asiento del pasajero. Me tomo un
segundo para calmar mis nervios furiosos y subir en el asiento del conductor.
Tan pronto como entro, giro la llave haciendo que el calentador se encienda.
Antes de tener la oportunidad de decir algo,
suelta:
—Sólo quiero que sepas, que no suelo hacer lo que hice
anoche.
No puedo evitar reírme.
—Sé que no lo haces.
—Oh, Dios mío, totalmente podrías decir que no tengo
experiencia. Estoy tan avergonzada. —Su cara se vuelve de color rosa brillante
cuando se da cuenta de lo que dijo—.
No puedo creer que haya dicho eso. Estoy sorprendido
tontamente por un segundo.
—Espera, ¿eres virgen? —No es el mejor tacto, créeme,
pero simplemente salió.
Ella susurra:
—Sí.
—Mierda. —Es todo lo que puedo decir.
—Sí —dice.
—Bueno, estoy muy contento de que no fuimos más lejos.
Vico ya va a matarme por tocarte —digo arrastrando mi mano por mi cara.
—Bueno, no quería que parara. Lo siento, me quedé
dormida. —Deja escapar.
Puedo decir que no ha querido decir eso en voz alta
por la expresión de su rostro. Me vuelvo hacia ella y apoyo los brazos en la
consola central.
—Lali, no quería que se detuviera tampoco, pero si
hubiéramos terminado, hubiera estado tan avergonzado de mí mismo. Ya es
bastante malo que ni siquiera te preguntara tu nombre.
Ella se vuelve hacia mí y deja escapar un aliento
pesado.
—¿No te arrepientes? —pregunta mirándome fijamente a
los ojos. Siento como que estoy cayendo y no quiero parar.
—No, bebé, en absoluto.
Ella tiembla cuando digo bebé y me alegro de que le
guste. —
Entonces, ¿cuál es el favor que necesitabas?
Me rio porque ella cambió de tema y simplemente
digo:
—Tú.
—¿Eh? —cuestiona confundida.
—Te necesitaba para encontrarte. No tenía idea de
quién eras y no tengo amigas que sean chicas. Mis amigos pensarían que estoy
loco preguntando si sabían quién eras. —Termino con una carcajada cuando la
comprensión se cae sobre su cara.
—No tenía ni idea de quién eras tampoco. Bueno, yo
sabía que eras un jugador de fútbol americano. No le podría preguntar a Vico
porque querría saber por qué. Euge y yo estábamos buscando en Facebook. —Ella
sonríe y siento que podría morir feliz.
—Eres tan hermosa cuando sonríes. —Dejo escapar y no
puedo creer que haya dicho eso en voz alta. Soy un idiota.
Cuando se lame los labios, cierro el movimiento y
antes de darme cuenta estoy tocando mis labios contra los suyos. Sólo quería
darle un pico, pero sus labios se abren debajo de los míos y no puedo dejar de
deslizar mi lengua en su boca. Ella acurruca la suya contra la mía y me parece
que no puede obtener suficiente aire. Este beso sigue y sigue. Se siente tan
bien que no quiero que termine.
Ella tira hacia atrás para levantarse sobre sus
rodillas y antes de darme cuenta, la he tirado a través de la consola en mi
regazo. Se siente muy bien encima de mí mientras me mira a los ojos y no puedo
dejar de ser cegado por la belleza de ella. Dirijo mis manos por sus brazos,
por encima de su cuello y en su pelo. Es suave como la seda mientras empujo su
cabeza abajo, hacia la mía. Nuestros labios se encuentran de nuevo y es casi
más de lo que puedo soportar.
Pongo mis manos sobre su espalda y dejo que mis dedos
agarren sus caderas. Trato de permanecer quieto mientras se presiona contra mí,
pero ella no va a tener nada de eso. Empieza a mover sus caderas contra mi dureza
y si no se detiene voy a caer. Ella gime bajo y profundo y es el sonido más
hermoso del mundo.
Levanto la cabeza hasta la oreja.
—Lali, no deberías hacer eso —susurro. Ella tiembla y
se mantiene derecha mientras trasmite su calor en mi interior.
—¿Por qué?
—Porque se siente tan bien. —Le mordisqueo el lóbulo y
ella gime de nuevo. Dios, yo haría cualquier cosa para escucharla hacer ese
sonido.
Muevo mis manos de sus caderas y las deslizo por su
espalda hasta que están en la nuca de su cuello. Lamo y mordisqueo su cuello y
gime volviéndome loco otra vez. No sé cuánto más puede tomar antes de que yo
esté completamente perdido. Llego a sus labios y antes de darme cuenta nos
estamos besando de nuevo. Ella sabe como canela, picante y dulce. Todo esto es
tan intenso y no sé dónde yo empiezo y termina ella.
Sus movimientos comienzan a llegar más rápido y
brusco. Me alejo del beso para mirarla a la cara hermosa mientras se viene.
Antes de darme cuenta, ella echa la cabeza hacia atrás gritando mi nombre y es
demasiado para mí. Echo mi carga en los pantalones y por un tiempo no me
importa.
—Esa fue la cosa más caliente que he visto —jadeo.
Sus ojos miel son de cristal, dejando salir la pasión
y no quiero dejar de buscar su rostro.
—No puedo creer
que acabo de hacer eso. —Suena sin aliento y me encanta. Sus mejillas son
carmesí cuando afirma—. Estoy tan avergonzada.
Pongo mis manos en su cuello y froto mis pulgares a
través de su mandíbula.
—No, no te sientas avergonzada. No tienes que estar
avergonzada de lo que sientes.
Se ríe mientras envuelve sus dedos alrededor de mis
muñecas.
—Está bien, sí, esto es muy malo. Tengo que irme. Le
dije a Euge que iba a ser como diez minutos y hemos estado aquí por una hora.
—Está bien, bebé.
De mala gana suelto mis manos de su cuello y abro la
puerta. Antes de que ella se baje, la vuelvo a agarrar para darle un dulce beso
de buenas noches. Me descorro muy pronto y ella sonríe. No creía que mi corazón
pudiera latir más rápido.
Después de que ella pisa al suelo, pregunta:
—¿Puedes traerme mi camisa mañana?
Asiento.
—Sí, y entonces puedo llevarte a cenar. —Sonrío ante
el shock escrito en su cara.
—¿Quieres llevarme en una cita? —Ella luce como si no
lo creyera.
—Sí, Lali, quiero llevarte a una cita. No eres como
cualquier otra chica que conozca y quiero saber todo sobre ti. Te recogeré a
las siete.
Cierro mi puerta antes de que pudiera decir que no.
Me quedé hasta que ella entró en su edificio, preguntándome cómo algo tan
pequeño podría hacerme perder el control.
CONTINUARÁ...
que lindosss.. me encanta como la llama.. masssssss
ResponderEliminar