PETER
S
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e siente bien volver a mi estudio. Desde que
regresé, he estado escribiendo como loco. Creo que a este punto tengo
suficiente para un nuevo álbum. Hoy, mi bajista, Jimmy, y el baterista, Victorio,
vienen para crear algunas melodías.
Debería estar feliz, pero no. Esto es por lo que dejé mi vida atrás. Estoy jodidamente ansioso y quiero volver a
Beaumont. Los primeros días fueron problemáticos. Traté de llamar a Noah un par
de veces pero no podía. ¿Qué pasa si él no me quería hablar después de que ya
no estaba?
El momento en que vi como su cara se iluminó en
mi pantalla, sabía que no era el caso. Cuando respondí lucía feliz, emocionado,
preguntando un montón de cosas de Los Ángeles y el estudio. Me pidió que le
mandara fotos del gato y lo hice.
Ahora no podía hablar lo suficiente con él. Las
horas en las que estaba en la escuela y las horas de diferencia me ponían
ansioso. El fin de semana era ahora mi amigo.
Y odiaba los lunes, matando con eficacia mi
placer de pasar horas charlando con mi hijo. No le había dicho a la banda
todavía, pero lo haré. Solo quiero mantener a Noah para mí un poco más. Victorio
es el único padre alrededor, tiene un niño de siete años de edad. Kyle es un
producto de una aventura de una noche que resultó en una madre dejando caer su
paquete azul de alegría en la puerta de Victorio. Papá instantáneo.
Cuando veo la cara de Lali en el identificador
de llamadas, me sobreviene el pánico. Algo malo debe estar pasando con Noah
porque si no, no estuviese llamando. No hablamos desde que me fui. No es que no
quiera, pero no quiero joder todo entre ella y Pablo.
—¿Hola?
—Hola. —Está sin aliento. Cierro mis ojos y
cuento hasta diez. No puede hablarme así. Me mata que no sea mía.
—¿Qué…? —Mi voz se queda atrapada en mi garganta
por la manera en como dice hola. Necesito controlarme. Solo es una palabra
común de cuatro letras. No significa nada—. ¿Qué pasa?
—Hoy es lunes. —Dice esto como si se supone que
signifique algo para mí. Rebusco en mi mente, preguntándome si Noah había
mencionado algo en particular acerca de los lunes.
—Usualmente le sigue a los domingos —digo,
esperando aligerar su humor.
—Mason le envía a Eugenia una docena de rosas
cada lunes y hoy será el primer día que ella no obtendrá flores desde…. —Si no
supiera mejor diría que está llorando.
—Bueno, no podemos dejar que Eugenia se quede
sin su entrega de flores, ¿no es así? —Me meto en internet y escribo la
dirección de floristas globales. Elijo un ramo de lirios sobre rosas y solicito
que se entregue a través de la tienda de Lali—. Todo listo.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que le ordené flores. Recibirá una
entrega todos los lunes por un año.
—Peter. —Su voz se quiebra y ahora sé que está
tratando de controlar sus emociones. Estas pasadas semanas han sido difíciles
para ella. La Lali que conocía era siempre fuerte y confiada entonces pierde a Nicolás
y yo regreso, causando estragos. Nos quedamos en el teléfono unos minutos más
antes de que ella se tenga que ir a llenar mi orden. Colgarle es lo último que
quiero hacer, pero el trabajo nos llama a los dos.
Cuando los chicos entran, lucen felices. Las
mini-vacaciones deben haberles hecho bien. Nos sentamos y les enseño las
canciones en las que he estado trabajando. Victorio comienza a reírse de alguna
de ellas, ganándose un golpe de Jimmy. Me siento estoicamente, esperando que
digan algo.
—¿Te enamoraste mientras estabas de viaje?
—pregunta Harrison.
Sí, pero nunca había dejado de estar
enamorado. Ella solo me demostró cuanto me he estado perdiendo todos estos
años.
—No, vi un montón de viejos amigos. Mi amigo
murió y dejó a su esposa y dos niñas. Es una especie de impacto, supongo.
—Bueno, me gusta —dice Jimmy—. Ponerle música no
nos tomará mucho tiempo. Ya tengo unas ideas.
Tomamos el estudio y comenzamos una lluvia de
ideas con diferentes sonidos. La mayoría de las canciones pueden llegar a ser
baladas, pero queremos mantenernos alejados de eso. Tenemos que añadir una onda
rock para mantener a nuestros fans interesados. Si pongo un álbum lleno de canciones
de amor la gente pensará que me he vuelto blando.
—Painkillers tiene que ser una canción lenta —digo cuando
Jimmy comienza a cantarla.
—¿Por qué? Podemos hacer volar esta.
Niego con la cabeza.
—Quiero esa lenta. Quiero que la gente sienta
las palabras y lo que significan. No quiero que se pierdan en altas
vibraciones.
Painkillers es la primera canción que trabajamos. Solo se
tarda unos pocos intentos antes de que esté contento con la melodía. Voy a tener
que empujar a María a hacer de este nuestro primer single. Quiero liberarlo lo
antes posible.
Después que los chicos se van en la noche,
trabajo en mezclar. Tocando Painkillers, una y otra vez, hasta que estoy feliz. Decido
que vamos a intentarlo de nuevo mañana antes de grabar el final.
Papeles descansan en mi mesa de mezclas. Bajo
volumen a la melodía y me dejo los audífonos puestos. Quiero oírme cantándole a
Lali. Esta canción tiene que ser perfecta. Sam está apoyado en el tablero,
molestándome porque sabe que no debe tocar mis cosas.
—¿Qué quieres?
—¿Cuándo ibas a decirme que estabas en la
ciudad?
Me aparto de ella y me dirijo a los papeles que
lanzó.
—Eres mi manager, no mi madre. Manejas mis affaires, no mi vida personal, María.
—Bueno, este es mi trabajo. —Recoge las pilas de
papeles y empieza a pasarse por ellos—. Vamos a ver… “Peter Page está tocando en Agustin’s”
“OMG Peter Page es tan sexy, está tocando gratis en Agustin’s”. Oh, y mi favorito. “Peter Page debuta nueva canción en
pub local”.
—Ve al grano. Estoy ocupado.
—¡Esto! —Sacude los papeles en mi cara—. ¡Es mi
punto! Estuviste afuera haciendo Dios
sabe qué con Dios sabe quién y decides tener un show gratis sin siquiera
consultarme. ¡Jesús, Peter! ¿Sabes que pesadilla provoca en relaciones
públicas?
Me rehúso a contestarle porque ella nunca
entendería por qué hice ese show en primer lugar. Ella no hace nada bueno por
ninguno de sus amigos.
Todo es acerca de que-puedes-hacer-por-mí con
ella y no es eso lo que quiero ser. El show fue un éxito y Agustín hizo un
montón de negocios esa noche. No me arrepiento.
—¿Me estás escuchando?
—Realmente no. Estoy tratando de trabajar.
—Sabía que el que volvieras a ese pueblito de
pacotilla era un error. Tal vez debería ir a Beaumont y ver cuál es toda la
emoción.
Me saqué los audífonos y me levanto para
enfrentarla.
—¿Cuál es tu problema?
—Tú, Peter. Estoy cansada de este juego del gato
y el ratón al que jugamos. Es el momento de tomar una decisión.
Me comienzo a reír, con la ira construyéndose.
—Tú eres quien juega. No me interesas. Lo que
hicimos fue un error, María, un momento de debilidad de mi parte porque estabas
disponible y deseosa de darme lo que yo quería.
—No lo dices en serio —se queja. Pongo mis manos
en los bolsillos, sintiendo mi teléfono. Es hora de que llame a Noah. Me alejo
de ella, hasta que toma mi brazo.
—Peter, lo que tuvimos fue especial.
—Lo que tuvimos fue sexo, nada más.
La dejo parada en el estudio. Tengo que
controlarla antes de que esté fuera de control. Últimamente ha estado más
posesiva y está comenzando a asustarme. Nunca debí haber mezclado los negocios
con el placer y ella es estrictamente negocios.
Camino hacia el pasillo hasta que estoy lo
suficientemente lejos del estudio.
Agachándome, saco mi teléfono y llamo a Noah.
—Hola papá —responde antes de que el primer tono
se complete. El sonido de su voz envía calidez a todo mi cuerpo. Quiero grabar
su voz y así poder reproducirla todo el tiempo.
—¿Qué tal, amigo? ¿Cómo estuvo la escuela?
—Bien. Tengo que hacer un reporte de historia,
pero mamá dice que me ayudará.
—Eso es bueno. ¿Sabes que ayudaría si estuviese
allí, cierto?
—Sí, lo sé. —Cuando habla, sé que lo dice en
serio. No puedo detectar ningún remordimiento en su voz—. ¿Puedo hacerte una
pregunta?
—Por supuesto. —Mis rodillas comienzan a
encalambrarse así que me paro, recostándome contra la pared que sostiene mis
discos de oro.
—¿Tu mamá y papá quieren ser mis abuelos?
Me pongo rígido ante la mención de mis padres.
No he hablado con ellos desde la noche en que me fui. Mi papá me dijo que era
una vergüenza y estúpido por dejar el fútbol para dedicarme a la música. Me
dijo que nunca lo lograría. Mi madre se quedó allí, con un vaso de vodka en la
mano.
***
—¿Qué estás haciendo en casa?
Sabes que eres bienvenido a casa
cuando eres recibido así.
Pablo dobla el periódico y lo pone a
un lado, quitándose las gafas. Claudia se encuentra en el vestíbulo, el vaso de
vodka permanentemente manchado con su lápiz de labios rojo escarlata.
—Necesito hablar contigo.
—¿Qué hiciste, Peter? ¿Estás en algún
problema?
—No, Señor. Yo… —No puedo mirarlo.
Siempre me mira por debajo, haciéndome sentir como si midiera dos centímetros—.
Dejé la escuela.
—Obviamente, puedes volver en la mañana.
Niego con la cabeza.
—No puedo volver. Renuncié.
—¿Cómo que renunciaste? —grita
causando que mi mamá salte, haciendo sonar el hielo alrededor de la copa.
—Pensé que iba a ser diferente y no lo
es y he estado hablando con la abuela Betty…
—¿TÚ QUÉ? ¿Crees que te he criado para
ser un Lanzani y así puedas juntarte con basura como esa?
—¿Basura? Ella es la madre de tu
esposa. —Señalo a mi mamá quien no tiene expresión en su cara—. Dios mío, ¿cuál
es tu problema? Es familia. Sé lo que hiciste. Lo que hicieron los dos. Mamá,
dejaste tus sueños para casarte con él. —Señalé a mi papá—. Y tú hiciste que lo
hiciera. ¿Por qué? ¿Porque sus sueños no eran tan importantes como los tuyos?
¡Mírala! Es un maldito robot.
—Betty es un veneno, claramente, si eso
fue lo que te dijo. Así que dime sabelotodo, ¿cuáles son tus planes?
—Voy a ir a Los Ángeles y probar
suerte con la música.
Pablo comienza a reírse. Una risa
maniática. Bianca camina hacia la puerta y llena su vaso. Debe atacar su hígado
con medicina para que funcione. Típico.
—Si no regresas a la escuela
inmediatamente, no vuelvas aquí.
—¿Me estas echando de la casa por
perseguir un sueño?
Pablo toma su periódico y lo abre,
cruzando las piernas.
—No, Peter, simplemente te estoy
enseñando tus opciones. Tienes dos: puedes volver a la escuela, hablar con tu
entrenador y asegurar tu lugar en el equipo, o bien puedes salir por esa
puerta, perder tu fondo beneficiario y olvidarte que eres un Lanzani.
***
—No lo sé, amigo. Hablemos cuando vuelva bien. Mis
padres… son difíciles algunas veces y no siempre nos llevamos bien.
—Está bien. ¿Qué haremos cuando vengas?
—Bueno, pensé que podíamos buscar una casa. No
me quiero quedar en un hotel cuando vaya allá y estaba pensando que tal vez tu
mamá te deje quedarte conmigo por el tiempo que estoy allí, pero tendré que
hablarlo con ella primero, ¿está bien? No necesitas mencionarlo. Me encargaré
de todo. Me tengo que ir ahora pero hablaremos mañana.
—Buenas noches, te amo papá.
—También te amo.
Me deslizo por la pared después de que Noah
cuelga. Sabía que mis padres iban a llegar tarde o temprano, solo estaba
esperando que era mucho, mucho más
tarde.
Mi mano corre a través de mi pelo. Creo que voy
a dejarlo crecer de la forma en que a Lali le gusta, tal vez entonces ella me
mirará con otros ojos.
No voy a mentir, yo quiero a mi chica de vuelta.
—¿Embarazaste a alguien?
Me volteo a ver a María parada en el pasillo,
con las manos en sus muslos. Está molesta.
CONTINUARÁ...
Otro otro otroo porfavoorrr no nos dejes asii
ResponderEliminarMass masss
+++++++++++
ResponderEliminarK se jo....María.k irritante k es.
ResponderEliminarSubi otro porfaaaa
ResponderEliminarMaria pesadaaaa
ResponderEliminarOdio a maria ... Pesada de mierda
ResponderEliminar++++++
@x_ferreyra7
continualaaa me encanta !
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